31 agosto 2012

Where you are - Serie Entre Líneas 2 - Tammara Webber

Graham Douglas no tiene relaciones románticas, pero fue noqueado cuando conoció a Emma Pierce en el set de su ultima película. A medida que se acercaban, él hizo todo lo posible para no enamorarse de la chica que era perseguida por la superestrella Reid Alexander. Ahora en casa, en Nueva York, su vida está otra vez bajo control, hasta que Emma aparece y le demuestra que aún no la ha olvidado.
Emma Pierce está dispuesta a renunciar a su ascendente carrera en Hollywood para embarcarse en una vida que sólo existía en sus sueños: la vida de una chica normal. Después de pasar meses enterrando sus sentimientos durante días y noches por los chicos que competían por su corazón durante el rodaje de su última película, un giro del destino la pone en una cafetería en el centro de Manhattan con el chico que ella aún echa de menos.

Broke Cameron era una chica de rostro fresco de Texas cuando llegó a Los Ángeles. Ahora ella es una estrella engreída en la pantalla grande. Después de haber sobrevivido tres meses en el mismo lugar que su ex—el chico de oro de Hollywood—ella es más adulta, más sabia y ha puesto su mirada en su amigo Graham. Lo único que se interpone en su camino es la chica que él no puede olvidar.

Reid Alexander puede resumir su vida en una palabra: aburrida. Entre los proyectos de cine, no hay nada más que las entrevistas, sesiones de fotos y el estreno de la película que terminó el otoño pasado. La última cosa que espera es tener una segunda oportunidad con Emma, la chica que lo rechazó. Lo último que espera es que su todavía—amarga—ex—novia sea quien se la ofrezca en una bandeja de plata.

¡¡Espero que os guste!!

Gracias a Libros del Cielo Personal

Saga Hex Hall - Rachel Hawkins

1. Hex Hall.


Brujas, vampiros, magos... bienvenidos a la secundaria de los fenómenos. Hace tres años, Sophie Mercer descubrió que era una bruja. Lo que la ha metido en algunos enredos. Su no dotada madre le ha brindado soporte tanto como ha podido, consultando al lejano padre de Sophie, un evasivo hechicero europeo, sólo cuando fue necesario. Pero cuando Sophie atrae demasiada atención de los humanos a causa de un hechizo que salió terriblemente mal en la noche de graduación, es su padre quien decide su castigo: exiliarla a Hex Hall, una aislada escuela de reformatorio para los díscolos prodigios, mejor conocidos como brujas, hadas, y cambia-formas. Para el término de su primer día entre sus compañeros, fenómenos adolescentes, Sophie tiene una puntuación bastante alta: tres poderosas enemigas que lucen como supermodelos, un inútil enamoramiento sobre un hermoso hechicero, un escalofriante fantasma que la sigue de cerca, y un nuevo compañero de cuarto quien no es más ni menos que la persona más odiada y la única vampiresa en el campus. Peor aún, Sophie pronto nota que un misterioso predador ha estado atacando estudiantes, y su única amiga es la principal sospechosa. Al tiempo que una serie de anticuados y sangrientos misterios comienzan a convergir, Sophie se prepara para la mayor amenaza de todas: una antigua sociedad secreta determinada a destruir a todos los prodigios, especialmente a ella.



2. Demon Glass


Sophie Mercer es una bruja esa es la razon por la que fue enviada a Hex Hall, un reformatorio para delincuentes Prodigium (también conocido como brujas, cambiaformas, y hadas). Pero eso fue antes de descubrir el secreto de la familia, y que el aplastador y sexy, Archer Cross, es un agente de The Eye, unabanda decidida a limpiar de la faz de la tierra a los Prodigium. Resulta queSophie es un demonio, una de las dos únicos en el mundo, el otro es su padre. Tiene poderes que amenazan la vida de todas las personas que ama. Por este motivo Sophie decide que ella debe ir a Londres para la extraccion, un procedimiento peligroso que destruirá sus poderes. Pero una vez que llega, Sophie hace un sorprendente descubrimiento. Sus nuevos amigos. Son demonios también. Significando que alguien los está criando en secreto con planes espeluznante de utilizar su poder, y probablemente no para bien. Mientras tanto, el ojo se fija sobre la caza de Sophie, y están usando a Acher para hacerlo. Pero no es como si ella sintiera algo por él, ¿O si?


3. Spell Bound


Justo cuando Sophie aprende a aceptar su extraordinario poder mágico como Demonio, el Consejo Prodigium se los quita. Ahora Sophie esta indefensa, sola y a merced de sus enemigos jurados- Los Brannicks, una familia de mujeres guerreras que cazan Prodigium. O al menos eso es lo que Sophie piensa, hasta que hace un sorprendente descubrimiento. Los Brannicks saben que una épica guerra se aproxima, y ellos creen que Sophie es la única lo suficientemente poderosa para impedir que el fin del mundo.

Pero sin su magia, Sophie no esta tan segura.Y tendra que pasar por un infierno para obtener sus poderes antes de que sea tarde.


¡¡Espero que os guste!!

Gracias a Purple Rose

30 agosto 2012

La Protegida - Saga Lealtad 1 - Liah S. Queipo


Con la muerte de Lincoln, el rey de los vampiros, la monarquía pende de un hilo. Bárbara, la única heredera al trono, está camuflada en el mundo de los humanos. Los seis clanes, representados cada uno por un guardián, lucharan a contrarreloj para encontrar a la princesa y mantenerla a salvo antes de la transformación y posterior coronación. Pero no lo tendrán fácil.

Los Tuath, el único clan anárquico, están tratando de encontrar a la heredera para destruir su reinado. Los nosferatus, unos seres condenados al hambre eterna, están plagando la ciudad y un antiguo enemigo de la corona ha vuelto en busca de venganza.

Damián tiene muchas cualidades, pero la pirncipal son las mentiras, no puede vivir sin ellas. Agresivo y sexy, sólo disfruta robando las ilusiones a la gente. Cuando le encargan que proteja a su futura reina se ve tentado a destruir su inocencia a base de falsas problemas. El problema es que, a veces, uno cae en sus propias trampas.

¡¡Espero que os guste!!

¡¡Ya he vuelto!!

¡¡Hola chicos y chicas!!

¡¡Ya estoy de vuelta!!

Después de estos días sin poder entrar en internet ni tener posibilidad de actualizar el blog, por fín puedo volver con todos vosotros. Ahora tengo que ponerme al día con las novedades e informaros de todo.

Muchos besos y ... ¡¡Bienvenidos!!

08 agosto 2012

Leif - Saga Existence 2.5 - Abbi Glines




"Ella era mía.
Yo tenia su alma.
Hasta que La muerte le robó el corazón."
-Leif




¡¡Espero que os guste!!








Gracias a Bookzinga.

My Boyfriend Merlin - Priya Ardis

Si no puedes confiar en tu novio, ¿en quién puedes confiar?
Arriane, llamada Ryan, de diecisiete años, se acaba de enterar que su rudo novio motociclista, Matt, es un poco más viejo de lo que el estaba dejando ver. Por unas cuantas décadas.

De hecho, él es el real Merlin, "El Merlin", el Merlin del Rey Arturo, el más grande mago que jamás haya vivido. 

Congelado, en una cueva por más de 1.500 años, ha sido despertado.Pero Ryan no está impresionada. Cansada de ser la perdedora de la relación, ella le da una patada en su legendario trasero.

Seguro, el mundo se ha vuelto loco desde que la espada y la piedra cayeron del cielo como un meteoro. Pero a pesar de las horribles gárgolas, un nuevo mundo de magia, y el chico volviéndola loca, Ryan sabe que la familia lo es todo. ¿Podrá Merlin sacrificar la de ella para salvar el mundo? ¿Sera ella capaz de detenerlo?

¡¡Espero que os guste!!

Gracias a Bookzinga.

07 agosto 2012

El Hermano de mi Mejor Amiga - Laura Ellen Kennedy

Erica alcanza el séptimo cielo cuando se enamora de Jake, el hermano mayor de Sally, su mejor amiga, y, sobre todo, en el momento en que descubre que él siente lo mismo por ella. Pero todo se complica cuando Sally le confía un secreto familiar, y ella se ve obligada a mentir a Jake para no traicionarla. Nunca hubiera imaginado que estar enamorada del hermano de su mejor amiga fuera tan complicado…

¡¡Espero que os guste!!








Gracias a Sweet Obsession

El Beso del Vampiro - Lynn Raven

La llegada de Julian DuCraine ha revolucionado la vida de la pequeña localidad de Ashland Falls. Casi todas las chicas del instituto suspiran por dar un paseo con ese chico sobre su fabulosa moto; incluso Dawn, aunque ella es demasiado orgullosa para aceptarlo…

El apuesto Julian, con su tez pálida y sus gafas oscuras, parece divertirse manteniéndola alejada. Pero no será por mucho tiempo, porque el destino de ambos, sin que puedan evitarlo, se cruzó hace años…

¡¡Espero que os guste!!




Gracias a Atrapada en la distancia.

06 agosto 2012

Película - John Carter (2012)

La película lleva a la gran pantalla una aventura épica que se desarrolla en el devastado planeta Marte, un mundo habitado por tribus guerreras y seres salvajes. John Carter, un veterano de la Guerra Civil americana, se ve inmerso en una nueva y misteriosa guerra con un extraño ejército de marcianos, entre los que se encuentran Tars Tarkas y la princesa Dejah Thoris.

¡Espero que os guste!!

"Falling Skies" 2ª Temporada Cáp. 6

¡¡Hola chicas y chicos!!

Aquí os dejo un nuevo capítulo de esta serie de extraterrestres.
No se por qué pero poco a poco me va recordando a otras series como "V", ¿y a vosotros?
¡¡Espero que os guste!!


Gracias a chico3D en PDD

05 agosto 2012

¡¡Vacaciones de Verano!!


¡¡Hola chicas y chicos!!

Como muchas otras personas, he comenzado mis vacaciones de verano y como donde estoy no tengo ordenador no podre actualizar el blog tan a menudo. Aun así, espero poder ir actualizándolo y programando entradas para que nadie se quede demasiado desilusionado.

Muchas gracias a todos los que me leéis y espero vuestros comentarios para mejorar el blog.

¡¡Muchos besos!!

Sean Griswold's Head - Lindsey Leavitt

¿Y si el amor de tu vida estuviese—literalmente—justo en frente de ti?


De acuerdo con su consejero, Payton Gritas—de quince años de edad—necesita un objeto de enfoque para concentrar sus emociones. Se supone que debe ser algo íntimo, pero Payton decide utilizar lo que ella siempre mira durante la clase: la cabeza de Sean Griswold. Ellos han estado vinculados desde tercer grado(Griswold—Gritas, en orden alfabético), pero realmente nunca lo ha conocido.

El objeto de atención es para ayudarla a aceptar el reciente diagnostico de su padre con esclerosis múltiple. Y está funcionando. Con la ayuda de su mejor y loca amiga—Jac, —Payton comienza a acechar—erg, enfocar en Sean Griswold… ¡todo de él! Es lindo y comparte su obsesión de Seinfeld (¡nadie más lo comprende!) y puede tener hasta un secreto o dos.

¡¡Espero que os guste!!

Gracias a Libros del Cielo.

04 agosto 2012

Glitter Baby - Susan Elizabeth Phillips

Fleur Savager aparece en las portadas de las revistas más glamurosas del mundo. Hollywood la idolatra, los hombres la adoran. Así que, ¿por qué lo ha dejado todo? La respuesta está enterrada en un convento de Francia... en su niñez. Allí acechan los secretos... secretos que debe sacar a la luz antes de que alguien lo haga. La cuestión es, ¿podrá hacerlo? 
 
Glitter Baby es una brillante creación. Belinda Savagar reconoce las dotes de su hija Fleur, pues sólo ella conoce quién es el ilustre padre, y decide explotar ambas cosas y hacer de Fleur la chica más glamurosa y buscada de América. 

Ser una estrella era sencillo... hasta que tiene que co-protagonizar una película con el rompecorazones de Hollywood Jake Koranda. Es entonces cuando descubre sentimientos que no puede controlar y se ve por primera vez cara a cara con su extraño pasado, la amarga enemistad de sus padres. Las revelaciones son devastadoras... Es hora de que Glitter Baby madure.
¡¡Espero que os guste!!

Gracias a Obeja negra.

Tercera Tumba Todo Recto - Darynda Jones.

Charley Davidson, portal celestial para las almas perdidas, continúa ejerciendo de investigadora privada ocasional bajo la influencia de ingentes dosis de café en un extremo intento de mantenerse insomne. Cada vez que cierra los ojos, Reyes Farrow, el hijo de Satán mitad humano, mitad supermodelo, está allí. No le importaría en absoluto verlo si no estuviera tan cabreado... Pero tras trece días sin pestañear está a punto de volverse loca, así que nada mejor que un nuevo caso para olvidar sus problemas... o eso creía ella, porque a veces el remedio es peor que la enfermedad.

¡¡Espero que os guste!!




Gracias a Dark Guardians.

03 agosto 2012

Capítulo Cinco de "Un Beso de Sirena" (A Mermaid's Kiss) - Joey W. Hill

¡¡Hola chicas y chicos!!

Aquí os dejo un nuevo capítulo.

Como siempre, pido disculpas por los posibles errores de traducción.

¡¡Espero que os guste!!













Cinco
Jonah observaba al ser misterioso acostado en la curva de su brazo, dormía con todo el sencillo agotamiento y la conmovedora confianza de un niño. Su sensual respuesta a su petición también había sido una curiosa mezcla de inocencia tímida y entusiasmo imprudente y desenfrenado. Un sin sentido.
Había sido débil. Terriblemente débil. Había elegido la magia de la tierra que podía pasar casi completamente desapercibida ante la exploración más profunda de Lucifer, porque tenía una inquietante necesidad de no ser encontrado. Aun así, podría haber sido capaz de hacer el trabajo mágico con un poderoso beso. Pensaba hacerlo de esa manera en un principio, pero su respuesta lo había obligado a ir mucho más allá. Lo racionalizaba diciéndose a sí mimo que ni siquiera estaba seguro de que La Unión Mágica pudiera alcanzar la energía suficiente para ayudarlo, pero cuando su pico de energía se levantó, se quedó abrumado como ante una tormenta de verano. No era sólo magia de la tierra, iba más allá. Aire, agua, fuego… todos los elementos los habían rodeado, fundiéndose con él. La gran sorpresa fue la respuesta aplastante, totalmente inesperada, de su cuerpo hacia el de ella. O más bien, de su alma a la de ella, si quería ser honesto.
Había deseado enterrarse más profundamente en ella, balancearla y tomarla de la forma en que lo haría si no estuviera herido y no hubiera ningún propósito por la Unión salvo su propio deseo. Su cuerpo debajo de él, con sus suaves muslos extendidos, los brazos estirados, aferrándolo mientras se dirigía hacia ella. ¡Por la fe! Estaba otra vez duro solo de pensar en ello. ¿Qué era lo que le estaba pasando?
Le había hecho daño. Pasó los dedos sobre las manchas de sangre que quedaban en sus muslos. Le había quitado su inocencia, simplemente se la había arrebatado, sin importar lo gentil que hubiera intentado ser. Ese debería haber sido el derecho de su handfast, su compañero.
Frunció el ceño ante esa idea. Ella le había dicho que no pertenecía a nadie. Era demasiado joven para que hubiera perdido las esperanzas de ello, sin embargo había detectado una nota en su voz en ese sentido. No la dramática desesperación de alguien que hubiera experimentado la muerte de un amor adolescente y era demasiado joven para darse cuenta de que el amor a esa edad iba y venía. Sino, una desesperación seria y profunda, como si su alma tuviera la edad suficiente para conocer toda la verdad sobre lo que era el amor y lo que no.
Los seres marinos eran un grupo de personas con una marcada necesidad de socializar con otros de su misma especie. Pero sólo con los de su especie ya que, no sólo tenían una conservadora aversión acérrima ante la idea de mezclarse en los asuntos de las no-sirenas, sino que también evitaban el interesarse por la magia.
Y mientras las sirenas entendían el sexo como un acto natural, no lo practicaban de manera indiscriminada. Ella le había regalado su inocencia, ya fuera porque su corazón era así de noble, o porque no lo sintiera como un regalo valioso, excepto para un ángel herido que lo necesitaba como un ingrediente para un hechizo curativo.
Le sopló suavemente en la mejilla. Sus pestañas revolotearon, arrugando los párpados. Cuando volvió el rostro hacia su pecho, una inesperada sonrisa curvó sus labios. Un enigma. Una sirena que podía tomar forma humana, que canalizaba la magia de una forma excepcional… que era valiente para su edad e inquisitiva de una manera poco usual para ser de una especie tan cautelosa. La cual también parecía estar completamente sola en el mundo.
Sus rasgos eran tan finos, pequeños. Puso sus dedos al lado de la línea de su nariz, sólo para juzgarla, y parecía que la punta de su dedo casi la tapaba. Sus labios eran un arco pequeño y, a pesar de sí mismo, se imaginaba como serían cuando se estiraran…
Aunque sabía que la mitología humana sugería que los ángeles estaban por encima de esas cosas, ese mito no se basaba en la clase guerrera de los serafines. Su energía nutritiva necesitaba que se hiciera carnalmente una parte de su fuerza, que era una de las maneras más fáciles y rápidas para reponer sus energías. Muchas de las razas humanoides se les ofrecían libremente, y él era muy consciente de que muchos pensaban que no tenían derecho a negarse a un ángel y, pese a que intentaba no aprovechase de ello, afortunadamente no había muchos que desearan resistirse.
Pero, con el paso de los años, se había creado una falta de intimidad para esos acoplamientos que le molestaba de una forma que no quería examinar muy de cerca. Había empezado a optar por la recarga a través de la reclusión, extrayéndola de los elementos, un proceso de meditación más lento, pero que saciaba sus necesidades a varios niveles.
Una punzada interrumpió sus reflexiones, recordándole que necesitaba centrarse en el problema con su ala. A pesar de que la había vuelto a unir a su cuerpo con la magia, algo iba mal. La fusión no era tan fuerte como debería ser después de ese despliegue tan potente de energía. Su cuerpo no tenía ni de lejos la fuerza necesaria para sostenerlo en el aire y devolverlo a las nubes, pese a que seguía siento muy superior a la de un varón humanoide. Y sin duda era superior a la de una sirenita.
Ella había confiado en él mucho más de lo que se merecía. Cuando Jonah bajó la mirada hacia su rostro, todo lo que le esperaba fuera de esa cueva quedó en un segundo plano. Aunque sabía que deliberadamente estaba eligiendo tirar todo por la borda, no tenía ningún problema en perderse en la contemplación de su cuerpo e ignorar  lo que fuera que hubiera salido mal con la cura.
Como había luchado contra los Oscuros desde hace más de un millar de años, y posiblemente seguiría haciéndolo durante otros cien mil años más, podía tomarse un día libre. Tal vez dos.
La bestia en su interior quería saborearla una vez más. Uniéndose con ella, había sentido algo que no sentía desde hace mucho tiempo, tanto tiempo que ni siquiera se acordaba de cómo llamarlo. En el momento cumbre, casi se sintió purificado, los fuegos de la pasión ardiendo más allá de sus venas y perdería su alma para encontrar eso que todavía valía la pena guardar bajo llave. Algo digno de la confianza que le estaba demostrando en estos momentos, mientras se acurrucaba contra él.
Cuando empezó a moverse, la acercó a él y giró, poniéndola debajo de él. Sus pestañas se levantaron, reflejando un momento de confusión por el sueño, sus manos fueron a descansar sobre sus hombros, de una forma tan ligera como sus aletas cuando tenía una cola. Recordó su roce contra sus piernas cuando lo llevaba a través del agua sin descanso, aun cuando sus fuerzas flaqueaban. Una de sus aletas estaba herida.
Tenía recuerdos confusos de esos momentos, pero poco a poco iba recordando más cosas. Como lo mucho que se había arriesgado cuando los Oscuros les rodeaban. Si la hubieran capturado, la habrían atormentado, retorciéndole el alma hasta dejarla vacía. Luego la habrían destrozado. Tensó sus dedos sobre su delicada piel.
Una sonrisa melancólica fluyó por su rostro. – No fuiste un sueño, – le susurró.
De repente, la suavidad de su aliento tocó su boca y Jonah supo que tenía que volver a estar dentro de ella. Si no conociera tan bien su especie, pensaría que era un incubo. Excepto que ella le había ayudado a curarse, con una increíble reserva de poder de la que probablemente ni ella misma sabía que era excepcional. ¿O lo hacía? Tenía mucho que aprender de ella.
Empujó su endurecido órgano en su canal, la amplia cabeza introduciéndose entre los tiernos labios de su boca inferior. Un coño dulce y caliente, tan húmedo y agradable sólo para él. Sus ojos se abrieron ampliamente y separó los labios para humedecérselos, ese gesto hizo que su polla flexionara contra ella.
– ¿Me lo darías otra vez, pequeña? – Le hubiera gustado decir que el sonido fue cortes, amable, pero le salió como una demanda roca. La necesitaba, necesitaba estar dentro de ella con una urgencia que parecía tan violenta como el mundo en el que normalmente vivía. Se lo estaba tomando casi de la misma forma como lo haría con una batalla-conquista, arrollando, metiéndose de lleno en ello hasta el punto que de lo único de lo que fuera consciente era del objetivo. La sangre, los cadáveres… mutilados arrojados fuera del camino para poder alcanzar al siguiente… Mientras enviaba lejos las imágenes perturbadoras, no pudo evitar el temblor del que le recorrió los músculos.
Sus dedos tocaron las puntas de su cabello, moviéndose hacia abajo sobre la piel tensa sobre sus hombros. Ese toque suave, a la vez que lo excitaba. Calmándolo, mientras la urgencia de estar en su interior se hacía cada vez mayor. Cuando el temblor creció, como un zumbido de corriente eléctrica entre ellos, su frente se arrugó y sus ojos suaves aumentaron en calidez.
– Mi lord no necesita preguntar. Simplemente podría ordenarlo.
Le estaba tomando el pelo, una sonrisa cautelosa en su voz, un brillo en esos iris violetas.
– Yo... – luchó sobre el deseo para no hacer exactamente eso. – No voy a tomar esa decisión por ti.
– Pero dijiste que te pertenezco. Y si eso es verdad… – esa tentadora voz otra vez, y por la Trompeta de la Resurrección, se estaba ahogando en sus ojos, en el destello húmedo de sus labios, en la insinuación de su lengua al hablar –…entonces puedes darme órdenes. Someto mi voluntad a tu cuidado, y te la confío plenamente. – Ahora sus ojos estaban serios, su joven rostro completamente decidido. – Es mi deseo que así sea.
¡Santa Madre!, ¿De donde había salido una criatura así? Sin ser necesaria ya la magia, se Unía con ella sólo por placer. Su sentido del honor le decía que necesitaba aclarar las cosas y, por lo menos, darle la oportunidad de oponerse. Pero al ver su trémula sonrisa, mandó su honor al infierno y la suave luz de sus ojos ya mostraba su consentimiento.
– Entonces levanta las piernas, pequeña, y rodea con ella mi cuerpo. Sujétame fuerte, porque deseo sumergirme profundamente. ¿Estás segura? – Ella desvió la mirada, él puso una mano en su rostro, obligándola a mirarlo. – Si yo soy tu amo, entonces no me mientas ni me ocultes tu dolor.
– Estoy un poco dolorida, mi lord.
– Entonces entraré suavemente. – Sin soltar su rostro para que poder mantener su clara mirada sobre él y ver todos los cambios en su expresión, empezó a entrar con cuidado. Descubrió que sus tejidos estaban húmedos, lo que lo reafirmó en la idea de que sus palabras podían excitarla de la misma forma que sus manos y su boca y lo haría otra vez. Se introdujo más y más profundo. Al igual que el Abismo, sólo se trataba de un olvido al que daría la bienvenida. Sabía cual era su tamaño y supo que había ido demasiado lejos cuando ella se tensó, pero luego lo sorprendió apretando las piernas, alzándose mientras intentaba empalarse ella misma hasta el cuello, sus manos se clavaron en sus hombros, sus rasgos mostraban dolor y sus ojos permanecían cerrados mientras se aferraba a él. Abrazándolo más fuerte por sus hombros, ella hundió el rostro en su cuello, colocando los labios contra su piel. Sentía las plumas de sus pestañas como pequeños aleteos.
– Shh... – Su deseo era casi insoportable, pero la desesperación de ella era mayor.
Relajándole la espalda, él puso una mano en su garganta para sujetarla en el sitio, acariciándola, hizo que elevara el mentón. – No es una carrera, pequeña. No es un reto.
Cambiando de mano, recorrió con los nudillos su pecho, observando como los pezones se apretaban, y la vio morderse los labios. Se contrajo sobre él, y él gruñó.
Cuando volvió a levantar el brazo hacia él, no lo pudo contenerse más. Tuvo que sujetarle las muñecas por encima de la cabeza. Entonces, ella se arqueó y presionó su boca abierta sobre su pecho, dándole mordisquitos y lamiéndolo,  mientras en su interior aumentaba la humedad. Se deslizó más profundamente, se encontraba en casa, y en esa ocasión no hubo rigidez en su cuerpo  cuando lo tocó con el dulce canto de placer de sus labios.
Su suavidad se tensó alrededor de él, la presión cada vez más frenética y desenfocada de su boca contra su pecho le puso en alerta.
– Eso es, pequeña… Déjame oírte…
Los jadeos que empezaron como sonidos suaves, fueron aumentando de volumen hasta que ella acabó gritando, con su cabeza echada hacia atrás, la boca abierta y los ojos vidriosos de tal forma que lo empujaron hacia una rápida liberación. Ella no había alcanzado el clímax… estaba demasiado dolorida para eso. Pero era como si el placer de sentir cada una de sus caricias le hiciera tener pequeños espasmos a los que ella respondía con su voz, con las contorsiones de sus caderas y que a su vez, lo enviaban más fuerte y más rápido hacia el clímax. Mientras sus arremetidas la presionaban sobre la plana roca que era su cama, sabía que no podía ser cómo para ella, pero estaba impulsado por la idea de que si profundizaba lo suficiente en ella, podría encontrar el centró de sí mismo. Como si de alguna manera lo acogiera en lo más profundo de su vientre…
Al final, se aseguró de que ella alcanzara el clímax, se echó hacia atrás apartándose un poco de ella, colocó una mano entre ellos para encontrar su pequeño, pero poderoso, clítoris, lo acarició  y lo burló hasta que ella comenzó a retorcerse, abriendo ampliamente unos ojos asombrados por las sensaciones mientras su boca exclamaba con satisfacción. El abrasador líquido caliente que mostraba su excitación recorrió por sus dedos mientras ella se arqueaba aún más y soltaba un grito que él acalló con su boca, dejándolo resonar en su garganta, haciéndole sentir una opresión en el pecho. Él aspiró su voz en su interior como si estuviera tomando aliento.
Cuando se relajaron, el tenía su rostro enmarcado en sus manos y sus lágrimas estaban sobre sus pulgares, como pequeñas joyas. El presionó sus labios contra cada una, mientras respiraba con fuerza sobre su piel enrojecida, tratando de no aplastarla, pero necesitando sentir todo su cuerpo bajo él, cada curva, cada movimiento.
– ¿Estás bien?
– Si, – le susurró ella. – Sólo soy feliz.
Por una vez.
La joven no dijo las palabras, pero Jonah las leyó en el temblor de su cuerpo. Una vez más sintió vergüenza por aprovecharse de su inocencia. Sus lágrimas lo mortificaban hasta el punto de no poder hablar.
Mientras ella se las limpió tímidamente, se levantó de ella, tomando su mano para ayudarla a colocarse en una posición sentada. A continuación, se dejó caer a su lado, teniendo cuidado con la articulación de su ala, la cual seguía sensible al movimiento. Ella frunció el ceño con preocupación al ver su mueca.
– ¿Te encuentras bien?
– Se está curando.
Pero no creamos la magia suficiente para…
– Si, – le aseguró él. – Sólo necesita un poco más de tiempo.
Una vez más, notó su curiosa ambivalencia al respecto. Pero si no podía volar, no había ninguna razón para dejar este lugar.
– ¿Tienes… hambre? A Anna no le gustó la repentina distancia que apareció en su sombría expresión, como si estuviera caminando solo en un lugar vacío por donde ninguna alma debería tener que caminar. Así que dejó escapar la pregunta, haciendo que regresara a ella.
Ante su extraña mirada, ella le dio una sonrisa incómoda. – No estaba segura de si tenía que traerte comida. Sé muy poco sobre los ángeles, mi lord, sólo que gobiernan el cielo.
El ángel la observó por un momento. – La única comida que comemos es lo que en este mundo llaman maná, pero absorbo energía de varias maneras. – Un destello de su mirada sobre su todavía sonrojado cuerpo le dijo cuál era una de las maneras, lo que hizo que se ruborizara aún más.
Él sonrió, extendió la mano y enrolló un mechón de su pelo alrededor de sus dedos, tirando suavemente de ella. – Si me dices más de lo que sabes de los ángeles, te diré lo que sé de las sirenas. Vamos a averiguar si ambos estamos mal informados.
Anna se encogió de hombros. – No quiero ofenderlo con mi ignorancia, mi lord. – En realidad, ella sólo quería que él siguiera hablando para poder saborear hasta hartarse de su voz, su expresión y la larga longitud de su cuerpo yaciendo desnudo ante ella. Tenía un acento cuando hablaba, uno que ella nunca había oído. Las sílabas se liaban, pero las decía con una rica lentitud que hacía un sensual placer solo el escucharlo hablar. ¿Y no pensaría que estaba loca si se enterara de ese pensamiento?
– Anna. – Sus ojos oscuros atrajeron su mirada de mala gana hacia su rostro. – He estado dentro de tu cuerpo. He besado tus pechos y sentido la humedad de tu precioso coño en mis manos. Si la Diosa quiere, lo probaré con mis labios en algún momento en un futuro cercano. Hasta el momento, tu ignorancia sólo me ha traído que un intenso placer.
Ella se aclaró la garganta y trató de aparentar que se había tomado sus palabras con calma. Cuando, de hecho, su piel se estremeció con la sensación de cohetes explotando por la misma zona en la que acababa de decir que quería poner su boca. – He oído que los ángeles pueden seducir a cualquier especie para que hagan su voluntad.
– Eso es falso. Los ángeles no tienen más habilidades de seducción que los machos de cualquier otra especie. – dijo dirigiéndole una mirada sublime. – Así que debo ser excepcional.
Ella abrió la boca y la cerró. – Mi lord, - dijo con frialdad.
Él se recostó hacia atrás apoyándose sobre los codos con una sonrisa. Su cuerpo largo y musculoso seguía brillando con el sudor de su unión, mientras descansaba en el interior de la curva de un ala en favor de la otra. A pesar de su arrogancia, no se cansaba de mirarlo. Aunque seguía teniendo el deseo escandaloso de pellizcarlo.
– No estas acostumbrada a contener tu lengua, ¿verdad, pequeña?
– No, – ella ofreció eso con bastante facilidad. – Nep, mi magnífico bisabuelo, dice que tiendo a  no pensar antes de hablar.
– Entonces, ¿qué ibas a decir antes de tener tu extraño momento de reticencia? – Cuando ella desvió la mirada para estudiar las paredes de la cueva, las líneas de las alas del dragón, él llamó su atención de nuevo hacia él acercándose, acariciando su muslo y atrapando un mechón de su pelo entre sus dedos.    – Anna, si no me lo dices, empezaré a contarte, con gran detalle, las muchas razones por las que no puedes ofenderme, hasta conseguir que te sonrojes.
 Ella lo miró entrecerrando los ojos. – Iba a decir que, en lo único en lo que eres excepcional es en tu arrogancia, mi lord.
¡Oh, Diosa!, debería haber dicho algo mejor que eso. La sonrisa que se extendió por sus rasgos, que hizo desaparecer las sombras en sus ojos y algunas líneas de dolor alrededor de la boca, fue suficiente para hacerle perder por completo la capacidad para hablar.
– Hagamos un pacto, tu y yo. Vas a decir lo que piensas de mí, y yo no me ofenderé. De hecho, la única forma en que me ofenderías sería si te rindieses ante mí porque te sientes abrumada, como si no tuviera otra opción. – En ese momento, su expresión se puso seria, su boca insinuó una línea severa que perversamente hizo recorrer un estremecimiento a través de su bajo vientre.
– Me sentía abrumada, mi lord. Como si no tuviera opción. Pero cuando me miras, incluso de la forma en como lo estás haciendo ahora… me gustaría no volver a ser libre jamás. Sólo tuya.
¡Oh, cielos! De verdad acababa de decirle todo eso a la cara, ¿no?
– Pequeña. – Le acarició la piel con los dedos para que lo mirara, a pesar de su timidez. – Solo me haces desearte más cuando dices y piensas esas cosas. Venga, deja de preocuparte tanto. Aquí sólo estamos tú y yo. No tenemos que ser como normalmente somos. Dime algo más de lo que has oído decir sobre los ángeles.
Por alguna razón inexplicable eso le molestaba, como si esto fuera simplemente una ilusión para él, un interludio sin conexión con la realidad. ¡Pues claro!, ¿no había pensado ella misma que esto podía ser sólo un sueño? Sacudió la cabeza.
– No existen los ángeles bebés.
– Verdadero y falso. La reproducción es importante, pero no el objetivo esencial de las relaciones sexuales. Es creación, si es creación de una conexión espiritual, la difusión de la energía, un ritual de curación para rehacer la carne, o la creación de una nueva vida. Los ángeles a menudo usan la Unión como una forma de sentir la tierra después de la batalla. Y ese es sólo uno de los varios propósitos. No existen los ángeles bebes, no. Pero existen los necrilim, los que nacen de la unión entre un ángel y un ser de otra especie, generalmente humanos. Son raros, pero existen.
Llevar al hijo de un ángel. Una idea asombrosa. Una no se atrevería siquiera a considerarlo.
– Propones que lo hagamos, - dijo él, dando un tono suave a su voz. – Un ángel puede elegir liberar su semilla o no, cuando llega al orgasmo.
– ¿Y tú…? – Ella se ruborizó. – Perdóname, mi lord.
– Es tu cuerpo y tienes derecho a preguntar. No, no lo hice. Hubiera sido poco cortes por mi parte el aprovecharme de ti de esa manera, ¿no crees?
De hecho, podía no ser del todo desagradable el tener algo a lo que llamar suyo, que pudiera volver a hacerla amar y ser un recuerdo permanente de este día increíble. Un día que no significaría nada para él desde el momento en que abandonara la cueva. Ese oscuro pensamiento la cautivaba además de atraerle la transcendencia de lo que significaría para ella el encontrarse con un niño. El principio del fin. Pero, de todas formas, el fin estaba cerca, ¿no? Algunas cosas estaban bajo su control; muchas otras no. El sentido de su vida siempre había sido averiguar cuales eran cuál.
Él la estudió. – Pequeña. – Cuando ella miró hacia otro lado, sujetó un mechón de su cabello y comenzó a envolverlo alrededor de los nudillos, tirando de su cuerpo inexorablemente hacia adelante. – Mírame.
Anna no podía. No quería, pero él lo estaba haciendo imposible, por estar enrollando y enrollando. Iba a tener que recogerse el pelo cuando estuviera cerca de él – ahora se daba cuenta de eso. Intento apuntalarse con los brazos, pero entonces él simplemente extendió la mano y tiró de una de sus muñecas sacándola de debajo de ella, haciéndola caer sobre su pecho. Su mano todavía estaba enredada en su pelo, con el brazo todavía rodeando su espalda, así que usó la otra para ahuecarle su rostro, su mentón, alzándolo.
Ella notó que el corte de su rostro había desaparecido, así como los moratones que manchaban su piel. Sólo la peor herida, el ala, parecía estar causándole alguna molestia. Su capacidad para curarse era asombrosa. Cuando por fin lo miró a los ojos, los suyos le escocieron, y de repente supo que los ángeles podían destrozar a cualquier mortal. Quemar sus ojos, cortar sus lenguas. Arrebatarles la voluntad de vivir sólo con el poder de su presencia. Su mirada era tan oscura, sintió que podía entrar en el corazón de él; sólo que no era como el terrible frío del abismo. Esta era la oscuridad de estar envuelto en algo cálido y seguro, algo de lo que uno nunca querría salir.
– Fue mágico, pequeña. Pero no fue sólo por la magia. ¿Me entiendes?
– ¿Me lo prometes? – lo soltó antes de poder evitarlo, sabiendo por lo que era. La cuestión de un inocente, un niño. Sin embargo, la mujer podría manejar cualquier cosa que viniera, si el niño era la respuesta correcta a esa pregunta.
Le pareció que se sobresaltaba, algo brilló en las profundidades de sus ojos, pero luego apretó un músculo de la cara y se inclinó, tan cerca que tuvo que cerrar los ojos y tenía los labios temblorosos cuando él los rozó con los suyos.
– Te lo prometo. Y un ángel no promete lo que no es cierto. Nunca.
Ella asintió con los ojos todavía cerrados. Podía vivir con eso. Con el tiempo había aprendido que las cosas pequeñas podían ser, en realidad, cosas grandes, como una roca al azar llega a descansar en el lugar donde sujetará a una piedra mucho más grande. Esas dos palabras eran lo que contaba. No lo que viniera después, o cambiara más adelante. Este momento en el tiempo era inviolable, ese pequeño gesto encerraba la verdad en ese lugar para siempre. Así que se obligó a sonreír contra sus dedos, abrió los ojos para mirar su boca, su rostro. – Sabía que los ángeles se unían con otras criaturas para conseguir energía, pero desconocía que también lo hicieran por placer.
La diversión que mantenía en su mirada le hizo parecer un mortal. Accesible.
– Todas las criaturas sienten deseo, y amor. Incluso criaturas arrogantes como los ángeles. Hay unos cuantos… ellos juran Completa Sumisión. Eso significa que se someten completamente al servicio de la Señora, y se comprometen a todo por Ella. Sus cuerpos, mentes y almas. No comen, ni beben, ni buscan el placer carnal. Ella es la respuesta a todo lo que desean, el servirla.
– Como los sacerdotes, o los monjes.
Él asintió.
– Pero yo creía que todos los ángeles La servían.
– Lo hacemos. Sin embargo, es muy similar a… – frunció el ceño, pensando un poco, pero entonces Anna lo supo.
– Como los caballeros del pasado, que lucharon por la Iglesia, contra los sacerdotes. Ellos servían de diferentes maneras.
– ¿Cómo sabes eso?
Ella se encogió de hombros. – He pasado tiempo en el mundo humano. He estudiado su historia.
– Igual que yo. – Las sombras estaban de vuelta en sus ojos, que en conjunto con su peligrosa boca lo hacían parecer realmente formidable. Pero la miraba con curiosidad. – ¿Nadie te echa de menos? ¿Tu familia? ¿Tu bisabuelo?
– No permanezco en un mismo lugar durante mucho tiempo. Ellos están acostumbrados a mis desapariciones.
– Así que nadie cuida de ti.
– Me cuido sola, - dijo ella con un rastro de irritación. – Conseguí traerte aquí.
– A pesar de mi orden de dejarme.
– No era una orden, - protestó.
Jonah dio un resoplido. – Claro que lo era, y la ignoraste.
Se levantó y fue hacia el agua. Por un segundo, él pensó que iba a zambullirse, a metamorfosearse en su otro yo y abandonarlo allí. Levantándose, se le acercó por detrás, sin llegar a tocarla, pero de pie justo a su espalda. Sintió como su cabello le acariciaba el pecho, el abdomen, y miró hacia abajo, a la parte superior de su cabeza, hacia la curva de sus pechos y las puntas rosadas que poco antes había chupado. Una de ellas estaba lastimada por la ferocidad con que la había tratado, y esa marca duradera le otorgaba una extraña sensación de satisfacción.
– No estoy enfadado contigo, pequeña. Es sólo que no quería que te hicieran daño por mi culpa. Estoy muy agradecido por tu ayuda. – Esa era una pequeña mentira, lo sabía. La oscuridad le había dado la bienvenida, silenciosa. A pesar de que el dolor había sido un aliciente, que casi le hizo querer resistirse por la fuerza a su ayuda.
Pero ella había sido persistente. Pensándolo ahora, se dio cuenta de que le recodaba a la presencia de la Señora. Ese decidido consuelo se extendió desde el corazón hacia el resto del cuerpo, trayendo una tranquila paz. Creando un deseo de estar más cerca de Ella, metiéndose dentro de Su esencia y nunca dejarla. Cuando volvió en sí lo suficiente para darse cuenta de que era una sirena, arriesgando su vida para llevarlo a un lugar seguro, se sorprendió. Además, pensar en ello ahora, lo enfurecía. En un mar repleto de criaturas más fuertes y más capaces, habían permitido que una joven arriesgara su vida y su cordura por él.
Tenía que mandarla lejos. Allí estaría en peligro. No podía permitir que sus debilidades le causaran un daño mayor.
– ¿Mi lord? – Su voz era suave,  su aliento voló sobre su piel. Tenía sus dos brazos alrededor de ella, uno a través de sus pechos, su antebrazo apretado contra su palpitante corazón, el otro envolviéndole la cintura, apretándola contra él. Su única ala en buen estado se extendió rodeándola y cubriéndola por delante, arropándola. Sus plumas les acariciaron los dedos de los pies.
– ¿Sí, Anna?
Apretó su sien contra su mandíbula, un gesto inesperado de consuelo. Después de una pausa, ella habló con vacilación. – He visto a los de tu clase una o dos veces. Al principio, pensé que estaba viendo como el viento movía las nubes bajo la mirada de la luna, pero después aparecía una especie de brillo de luz verde parecido al de las olas sobre la superficie de la arena al caminar sobre ella. Ya sabes, ¿donde el peso de tu pie encendía las criaturas que crean la luz, diciéndote que están ahí, que no son una ilusión?
Después de que él asintiera, continuó. – Estaba flotando sola en la superficie cuando ellos brillaban por el cielo. Luego descendieron un poco más. Dos o tres de ellos.
Podía sentir su sonrisa estirándose contra su mandíbula al recordar la belleza de ello.
– Cuando las gaviotas juegan en el cielo, hacen que parezca tan fácil, pero esto eclipsa incluso eso. Bailaban, tres de ellos, girando y girando, como si fueran capaces de viajar por el aire y, además, estar acompasados para poder hacer las cosas más increíbles.
– Windwalkers, - respondió Jonah. – Orientan las corrientes de aire. Alteran el flujo de las mareas, envían las semillas al suelo, esparcen las cenizas de las cosas que necesitan dispersarse. Son criaturas felices.
Al parecer, algo en su voz la hizo volver a mirarlo. Bajo el escrutinio de esos grandes ojos violetas con plata alrededor de los iris, Jonah sintió como si lo hubiera vuelto del revés. Y la mirada no era suficiente.
– Hay otros, – dijo con aspereza. – Mensajeros. Sanadores. Guardianes. Vigilantes.
– ¿Qué tipo de ángel eres, mi lord? Si los ángeles tienen tantas ocupaciones, ¿cuál es la tuya?
Soy un ángel de la muerte. Pero él no se lo dijo. Tenía miedo de que si lo hiciera, algo violento saldría de él.
Él traía la destrucción. La sangre y las cenizas de los vencidos era una parte de lo que los Windwalkers dispersaban, antes de que tocaran la tierra. Arremolinándose en la nada, como si los Oscuros que destruía nunca hubieran existido. Mientras que los cuerpos de los ángeles que ellos mataban caían pesadamente a la tierra y tenían que ser incinerados después de ello.
– ¿Cuál es tu propósito, mi lord? – repitió ella, con la cabeza ladeada y los ojos curiosos.
Jonah dejó de tocarla. – No soy un Windwalker, - dijo.
Se alejó de ella, se puso de cuclillas, desnudo y pensativo, al borde del agua, su ala sana se extendió automáticamente para equilibrarlo cuando la otra se quedó medio plegada como protección. – Tú me has dicho algo de lo que sabes sobre las sirenas. Déjame decirte algo que sé sobre las sirenas. – Su mirada se levantó e inmovilizó la suya. – Una sirena no puede cambiar de forma a menos que sea una descendiente de la casa real de Neptuno, de la línea de sangre de una hija en particular, que fue maldecida por su amor por un humano mortal.
Anna se quedó muy quieta, y la energía en la cueva se volvió cada vez más opresiva, hasta que se le hizo difícil respirar. – Eso es cierto, - dijo al fin.
Él asintió. – Es hora de que te vayas, pequeña. No puedo seguir poniendo en peligro a uno de los hijos de Neptuno. En particular, no a una que estoy seguro de que valora como a una joya de su tridente por su valentía.
Ella parpadeó. – No lo entiendo.
¡Oh, por supuesto que lo hacía!, se dijo a sí misma. Sólo fue magia para curarlo, ridícula niña. Él es un ángel y acaba de terminar su relación contigo.
Jonah se levantó, la sombra de su cuerpo hizo que sus miembros traidores se estremecieran con el recuerdo de él encima de ella, rodeándola mientras lo abrazaba. Una emoción fugaz, tan fugaz que lo llamaría ilusión sino fuera porque ella había aprendido hacía mucho tiempo que no podía permitirse este tipo de cinismo y seguir manteniendo la cordura.
– Es demasiado peligroso para ti seguir aquí si los Oscuros todavía me buscan. Has hecho mucho más de lo que alguien pudiera haberte pedido y, ciertamente, más de lo que me merezco.
No iba a hacer el ridículo. Anna miró hacia abajo para ver como sus fluidos corrían por sus piernas, su cuerpo todavía estaba enrojecido e hinchado por sus atenciones. Allí y en ese momento, casi se sentía abrumaba. Cerró los puños a los lados de su cuerpo, tratando de mantener la calma.
– Si no hay nada más que necesites, entonces, mi lord. – Se obligó a tragar, alzó la vista y se encontró directamente con su mirada, si bien tuvo que afirmar una barbilla temblorosa. Podía ver la comprensión en sus ojos, se lamentó. Si estaba ocultando la compasión por su ingenuidad, podría morirse. – ¿Cuánto tiempo te quedarás aquí antes de poder volver a salir a la superficie?
– Un rato, – dijo vagamente. Luego se dio media vuelta y se inclinó para recoger la falda de batalla que había dejado de lado en la pasión del momento. La envolvió alrededor de sus caderas, asegurándola, aunque lo que la prenda ocultaba solo hacía resaltar la sensual belleza de su cuerpo. En todo caso, lo hacía más atractivo, ajustándose alrededor de sus caderas, el dobladillo le llegaba a la parte superior de sus muslos desnudos y musculosos. ¿Eso era su humedad sobre él? Por supuesto que lo era.
Anna se centró en lo último que le había dicho, trató de concentrar en un sentido crítico la maldad de su respuesta, lo que la estaba obligando a aceptar sus propias preocupaciones.
– ¿Un rato, mi lord?
– Aye. Voy a descansar aquí un poco, pequeña. Quizás más que eso. Es un lugar tranquilo. Un buen lugar. – Su mirada se desvió hacia el lugar donde habían yacido.
– Ya con los buenos recuerdos.
Mientras sentía una pequeña satisfacción, su mirada recorrió la húmeda caverna con suaves olas de calor filtrándose por las fisuras. Parecía solitaria, estéril, con los huesos de dragón y nada más para para acompañarla. Pero ella no era un ángel. ¿Qué sabía de ellos que no fuera lo que había aprendido en las últimas horas?
¿Qué sabía de nada? Era poco más que una niña comparada con él, de todos modos. Salvo durante los pocos momentos en los que había sido mucho más que una niña.
Para satisfacer a sus necesidades.

"GCB" (Golfas, Cursis y Beatas) 1ª Temporada Cáp. 7

¡¡Hola chicas y chicos!!

Aquí os dejo un nuevo capítulo de esta serie donde te demuestran que hay que tener cerca a los amigos y a los enemigos.... aun más cerca.

¡¡Espero que os guste!!

02 agosto 2012

Demon Kissed - H. M. Ward

El chico Valefar engañó a Ivy Taylor para que lo besara, pero él tomó mucho más que un simple beso, le robó el alma y la dejó a escasos centímetros de la muerte. Para sobrevivir, Ivy se ve involucrada en el conflicto entre Martis y Valefar. La guerra entre estas dos fuerzas inmortales ha durado milenios sin distracción alguna. Hasta ahora. Ivy es una anormalidad, ella es la única persona que ha salido con vida del beso de un demonio. Su supervivencia le da habilidades únicas y mortales. Demasiado poderosa para ser ignorada, Ivy es una amenaza para ambos ejércitos. Estos dos antiguos enemigos no se detendrán ante nada para matar a la joven de diecisiete años. Sobrevivir no es nada nuevo para la testaruda Ivy, pero su supervivencia nunca ha dependido de otra persona antes. Esta vez sí lo hace. Y si su confianza se equivoca, estará muerta. Para horror de ella, empieza a enamorarse en el peor momento posible… del enemigo. Él parece estar protegiéndola. Pero no puede estar segura de si está tratando de ayudarla, o ayudarse a sí mismo a potenciarla. Para Ivy, confiar en la persona correcta es la diferencia entre el amor y la supervivencia, o un beso mortal de demonio.

¡¡Espero que os guste!!

Gracias a Bookzinga.

La Guerra del Amor - Celia Terrones

Se han imaginado el día que conozcan al hombre de sus sueños, increíblemente atractivo, sexy, y que caiga rendido a sus pies en cuando las vea…

Bien olvídense de eso, ese día no existe, y ese hombre tampoco.

att: Mare

La mujeres sueñan conquistar a hombres con faldas, vampiros atormentados o millonarios solitarios…Cuando se decidan por alguien real…Que me llamen.

att: Anton

¡¡ Espero que os guste!!

Gracias a Atrapada en la Distancia.

01 agosto 2012

Warner Bros, se hace con los derechos de "Beautiful Disaster"

Hollywood Reporter, ha revelado en exclusiva que Warner Bros. se ha hecho con los derechos del libro escrito por Jamie McGuire, "Beautiful Disaster".

Después de estar en contienda contra CBS Films, el ganador ha sido el ya mencionado, por tanto podemos esperar una adaptación cinematográfica del mismo. Donald De Line será el encargado de desarrollar el proyecto.

Una de las razones de la popularidad que ha tenido, es que los ejecutivos del estudio lo ven como una adaptación menos riesgosa y más segura que la adaptación que se planea de Cincuenta Sombras, la cuál como sabemos contiene sexo explícito, y podría presentar ciertos obstáculos en taquilla.

El libro ha vendido más de 200,000 ejemplares, y su publicación en español ya está programada para Octubre del siguiente año.

Gracias a Girly Books. 

Possession - Elana Johnson

Controlar o ser controlada...


Vi conoce las reglas: las chicas no van con los chicos, y ni siquiera piensan en besarlos. Pero nadie más que Zenn hace que Vi quiera romper las reglas... y dado que los pensadores lo han elegido como futuro partido de Vi... ¿Cuántos problemas pueden causar un beso?

Los pensadores pueden haber lavado el cerebro al resto de la población, pero Vi está decidida a pensar por si misma.
Pero los pensadores son extraordinariamente persuasivos, y están encaprichados en convencer Vi para que se convierta en uno de ellos... empezando por el lavado de cerebro de Zenn.

Vi no puede dejar Zenn en manos de los pensadores, pero es reacia a unirse a la rebelión, sobre todo porque eso significa asociarse con Jag. Jag es egoísta, carismático y peligroso, todo lo que Zenn no es. Vi no puede confiar en Jag y no puede resistirse a él lo suficiente, pero tampoco puede renunciar a Zenn.

Este es un juego de controlar o ser controlada. Y Vi no tiene más remedio que jugar.

¡¡Espero que os guste!!

Gracias a Bookzinga
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