El último lugar en el que Catherine MacPherson imaginaba
encontrarse era sentada en un autobús, esposada a un malhumorado
cazarrecompensas. Justo dos horas antes, ese pedazo de hombre se presentó de
improviso en su casa, la confundió con su errática hermana gemela, una
«bailarina» de Miami, y se la llevó en volandas en sus enormes brazos. Y no
importa lo sexy que sea y lo bien que le sienten los pantalones: ¡Catherine está
furiosa!
Pero a Sam McKade nadie le engaña con el viejo truco de las hermanas
gemelas. Al fin tiene consigo a la guapísima pelirroja y no va a permitir que se
le escape. El problema es que la chica resulta ser mucho más dulce y elegante de
lo que parecía, y que los besos de ambos son de un voltaje tan alto que alguien
podría llegar a quemarse.
¡¡Espero que os guste!!
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