30 septiembre 2012

El Violín Negro - Sandra Andrés Belenguer



«Hay que acostumbrarse a todo en la vida… incluso, a la eternidad».

Erik, El Fantasma de la Ópera

Hace cien años, unos obreros descubrieron en los subterráneos de la Ópera Garnier de París una sala elegantemente amueblada. Contenía las composiciones e instrumentos del legendario Fantasma de la Ópera, pertenencias que no tardaron en perderse en anticuarios de la ciudad.

Ahora, un siglo después, la joven Christelle debe averiguar cuál es el secreto del violín que llega a sus manos, el por qué de la música esotérica que engendran las cuerdas y cómo puede devolvérselo al dueño original antes de que su influjo la destruya. Para ello cuenta con la ayuda de Kyriel, un misterioso joven que sabe más de la leyenda lo que quiere reconocer. Juntos viajarán al corazón de París, con sus edificios emblemáticos y catacumbas pestilentes, todo para llegar a la verdad del Fantasma de la Ópera. El secreto está en su violín…
¡¡Espero que os guste!!
Gracias a The Dark Side.

Adelanto y Detallitos sobre "Lover at Last"

Adelanto.


Qhuinn era vagamente consciente de que su pecho se bombeaba arriba y abajo y de que sus manos se habían convertido en puños...

—¡Detente, joder! —gritó mientras golpeaba el salpicadero lo suficientemente fuerte como para mandar volando uno de los orificios de ventilación.

La plataforma se sacudió y los frenos chirriaron cuando la velocidad se redujo. Pero Qhuinn salió de allí. Desmaterializándose, escapó a través de la rendija de la ventana... junto con la exhalación de Blay.

 

Detallitos sobre "Lover at Last"

 
-Habrá un poco de sexo juguetón en Lover At Last con varios miembros de la Banda de Bastardos.

-Hay otra serie que Ward quiere escribir, pero aún no la ha comenzado.

-Al menos habrá una inducción en Lover At Last, es decir, al menos una persona se convertirá en Hermano oficialmente

-Gente que ha leído el borrador de Lover At Last asegura que funciona bien. La historia gustará tanto si lees MM como si no.

-¿El hermano de Qhuinn estará en Lover At Last? Un enorme SEGUID LEYENDO.

-Otro SEGUID LEYENDO cuando se le ha preguntado por Saxton.

-Algo realmente caliente sucederá en Lover At Last. Parece que va a ser un libro muy caliente...

-El ángel al que aluden en Rapture es Lassiter.

-En el borrador de Lover At Last, no hay escena de sexo Qhuay hasta la página 270

-Las escenas de amor Qhuay están exactamente igual escritas que las escenas de amor de las otras parejas de la Hermandad.

-Los ojos de Ward literalmente se han humedecido al pensar en una escena increíble de Zsadist en Lover At Last. Bella está involucrada en esta escena.

¡¡Espero que os guste!!

Gracias a la daga negra ward y Daggher.

28 septiembre 2012

"Falling Skies" 2ª Temporada Cáp. 10

¡¡Hola chicos y chicas!!

Aquí os dejo el último capítulo de la temporada de Falling Skies.

Una vez más nos dejan con la miel en la boca para la próxima temporada.

Ahora solo queda esperar.

¡¡Espero que os guste!!

Los Principes Azules También Destiñen - Megan Maxwell

¿Existen las segundas oportunidades en el amor? Adéntrate en la historia de Sam y Kate, de Michael y Terry, un cuento de hadas que se convierte en una pesadilla, una pesadilla que se convierte en un cuento de hadas, dos amantes destinados a reencontrarse a pesar de las trabas que les impone la vida.

Una novela en la que los príncipes azules destiñen, pero las princesas también… ¿Te atreves a descubrirla?

¡¡Espero que os guste!!

27 septiembre 2012

Good for You - Serie Entre Líneas 3 - Tammara Webber

La vida de Reid Alexander es un libro abierto. Por ser celebridad de Hollywood todo lo que hace está bajo el ojo público. Cada relación, cada error de juicio es analizado y juzgado por extraños. Su último error fue su coche, destruyó una casa y lo mandó al hospital. Ahora, su equipo RP está trabajando horas extras para salvar su imagen. Una cosa está clara—esta es una situación de la cual no escapará sin pagar por ello.

Dori Cantrell es una verdadera humanitaria—todo lo contrario a lo que es Reid. Cuando su acuerdo con la DUI lo pone bajo su supervisión de servicio a la comunidad, ella se muestra poco impresionada hacia su estatus e indiferente ante su proximidad, y demasiado pronto él no quiere nada más que bajarla de su pedestal y demostrarle que es humana.

Contando los días hasta que su servicio comunitario termine, Dori se esfuerza por ignorar su atracción magnética sorprendiéndolo con su capacidad de ver más allá de su fama y desafiándolo a ver su propio potencial desperdiciado. Pero Dori tiene sus propios secretos, seguramente guardados bajo llave hasta que una noche pone su mundo al revés. De pronto, su única esperanza para su conexión y redención depende de una sola elección: tener o no tener fe uno al otro.

¡¡Espero que os guste!!

Gracias a Libros del Cielo!

His Eyes - Reneé Carter

¿Cuál es manera más probable de encontrar el amor? De niñera. O, al menos que seas Amy Turner. Amy está a punto de graduarse del bachillerato cuando encuentra el anuncio para cuidar niños por el verano. No tenia idea de en qué se estaba metiendo. Su nuevo trabajo era para “cuidar” a Tristan Edmund, un sexy y rico chico de su edad… y que recientemente quedó ciego. Tristán no está interesado en aceptar su ayuda. O eso es lo que él piensa. Desde que perdió a su padre y quedó ciego en un concurso de salto de caballos, Tristán pasa el dia en la oscuridad, negándose a aceptar su discapacidad. Para su disgusto, Amy lo arrastrará a la vida y de nuevo a la luz. Pero cuando los dos empiezan a ver algo en el otro, la hermosa ex-novia de Tristán aparece...

¿Será demasiada la tentación, o Tristán será capaz de escoger a la única chica que realmente lo ve?

¡¡Espero que os guste!!

26 septiembre 2012

"GCB" (Golfas, Cursis y Beatas) 1ª Temporada Cáp. 10

¡¡Hola chicas y chicos!!

Aquí os dejo el último capítulo de la 1ª temporada de GCB.

Lamentablemente, esta serie no ha sido renovada para una segunda temporada pese a ser tan divertida, supongo que son cosas de la crisis.

¡¡Espero que os guste y disfruteis de este último capítulo!!

Nicholas - Serie Lords of Satyr 1 - Elizabeth Amber


Son los últimos de un legendario linaje de la aristocracia de otro mundo, los Lores Satyr, nacidos para la riqueza, el poder, y con un talento para el deleite sensual con el que los simples mortales solamente sueñan. Habiéndoseles ordenado casarse, estos hombres apasionados viajarán a Roma, Venecia y París y por el camino exploraran deseos tan desvergonzadamente perversos como completamente divinos. Nicholas solo parece ser lo que se ve a simple vista—el apuesto y próspero heredero de una viña en Toscana. Pero Nicholas es mucho más que eso, porque es uno de los últimos de un antiguo linaje de sátiros. Y el rey moribundo de ElseWorld no solo quiere que se case, sino que lo haga con una de sus propias hijas—mitad humanas, mitad Faerie—quién es inconsciente de su herencia. Nicholas no eludirá su deber de producir herederos para proteger los legados bajo su cargo, pero nunca ha planeado hacer de su novia su única amante. El hambre sexual y las destrezas sensuales de un sátiro son legendarias. Una sola mujer nunca lo satisfará. O eso es lo que cree Nicholas hasta que conoce a Jane. Tan briosa como es fantasiosa, tan hermosa como inocente, está sin embargo determinada a lograr que su nuevo marido sea solo suyo y para eso está dispuesta a que él le enseñe cada uno de los secretos deliciosamente carnales que conoce.

¡¡Espero que os guste!!




25 septiembre 2012

Ángeles y Mariposas - Matías Zitterkopf

¿Qué harías si supieras quién es tu ángel guardián? ¿Y si te enamoráras de él?

Seguramente Amelie Roger se lo preguntó muchas veces antes de enamorarse de uno.

Cuando decide salir a la vida y reconocer que tiene amigos, conoce al misterioso Bastian, quien cambia su forma de sentir para siempre. Llena de sentimientos encontrados, Amelie confundirá odio por amor. Al no poder negar lo que su mente y corazón gritan a viva voz, aceptará que lo ama con toda su alma, como nunca antes le había pasado.

Pero amar a un ángel no es nada fácil, porque los demonios también existen y dan pelea. Entre batallas y obstáculos, sólo el amor la llevará a tomar las decisiones más difíciles.

¡¡Espero que os guste!!

Éxodo - Anissa B. Damon

" -Voy a darte los tres consejos que a mi no me dieron. Este es el primero: Olvida todo lo que te han contado: los vampiros no existen, los lobos son solo animales y los magos, las hadas y los duendes se encuentran encerrados en grandes tomos de hojas desgastadas. Quiero mostrarte la otra cara del mundo. Un lugar donde el peligro se enmarca en perfectos rostros de porcelana perlada, el amor es como una bestia salvaje sedienta de sangre que acecha y te arranca el corazón mientras estás dormido y la felicidad… la felicidad es un delito que se paga muy caro.- Le di la vuelta al ensayo, no, era muy probable que el imperio maya no me ayudara a reconstruir mi pasado. Fui a dejarlo de nuevo en su sitio cuando algo pasó por mi lado, como una brisa helada. Giré la cabeza para ver de qué se trataba y me quedé congelada en el lugar. El vello de mi nuca se erizó y un extraño escalofrío me recorrió toda la espalda. Contuve el aire, incapaz de respirar y, de pronto, sentí una dolorosa punzada en el pecho. Me llevé la mano hacia ahí, repentinamente mareada. Mi corazón latió con tal fuerza que me hizo retroceder, un único latido que bombeó un intenso dolor por todo mi cuerpo. Un espasmo brutal al cruzar mis ojos con los suyos. Era un chico, pero no uno cualquiera, como una sombra, oscura, siniestra y fascinante.He aquí el primer libro de una trilogía innovadora que busca desentrañar los secretos que se esconden tras la muerte.''

¡¡Espero que os guste!!

24 septiembre 2012

"True Blood" 5ª Temporada Cáp. 3

¡¡Hola chicos y chicas!!

Aquí os dejo otro capítulo de la nueva temporada de True Blood.

Esta temporada ha empezado muy fuerte y me muero de ganas de saber como sigue.

¡¡Espero que os guste!!

El Intercambio - Emma Wildes

Lord Adam Trevor se encuentra en una terrible situación. A punto de casarse con la mujer de sus sueños, descubre que a causa de un reciente accidente, es incapaz de consumar la unión que ha estado esperando tanto tiempo. Los doctores le dicen que sanará, pero mientras tanto, no quiere admitir ante su futura esposa que no es un hombre completo. Solo si su hermano gemelo, Alex, un notorio libertino con un gran apetito por las mujeres hermosas quisiera….

¡¡Espero que os guste!!

23 septiembre 2012

Su Chico de Alquiler - Mayte Esteban

Paula es una adolescente que no tiene novio pero le cuenta a su padre que sale con alguien para librarse de sus hermanas pequeñas. Lo que no se imagina es el embrollo que se formará cuando alquile a un chico para tapar su mentirijilla. Porque ese chico es alguien que no espera.

¡¡Espero que os guste!!

Solamente Amigos - Robyn Sisman

Jack y Freya son amigos. Solamente. Hace muchos años que se conocen, han tenido sus más y sus menos, pequeñas discusiones, pero su amistad ha superado todas las barreras (incluso la de los treinta). Pero ahora Freya se ha quedado sin novio y en la calle, y el apartamento de Jack parece el refugio ideal. Entre dos buenos amigos, la convivencia no debiera suponer ningún problema. Entonces, ¿por qué, de pronto, no pueden soportarse? Esta divertida comedia intenta dar respuesta a la eterna pregunta: ¿es que un hombre y una mujer no pueden ser solamente amigos?

¡¡Espero que os guste!!

22 septiembre 2012

Película - Eternamente Comprometidos (2012)

En “Eternamente comprometidos” conoceremos la historia de Tom y Violet, una pareja de prometidos a los que en principio debería quedarles poco para ser felices y comer perdices, pero a los que sin embargo, quizá por cosas del destino o porque en realidad no están hechos el uno para el otro, a cada momento les surge un nuevo problema que obliga a retrasar la fecha de la boda.



***
 
Todavía no he visto esta película pero en el tráiler parecía muy divertida.
 
¡¡Espero que os guste!!
 


La Perla de Arabia - Emma Wildes

A Robert St. Claire, como invitado de un príncipe extranjero, le es ofrecida una hermosa esclava para que lo complazca. Dejando a un lado esa poco corriente costumbre, se encuentra en un terrible dilema. La esclava no solo es inglesa, sino que además es la hija de un amigo. Si quiere rescatarla de su cautividad debe usarla como si fuera cualquier chica del harem, de todos los modos posibles…Lady Celia Davenport ha sido secuestrada, vendida como esclava y ahora se encuentra en la cama de un lord infiel. Si ella lo complace sexualmente con servil entusiasmo, hay un rayo de esperanza en su futuro. Ansiosa por escapar de su esclavitud, encuentra que quizás la servidumbre sexual no es la prisión que había imaginado. Por otro lado cada vez que satisface a su amante, recibe una extraordinaria y valiosa perla como recompensa. Un lord inglés y su encantadora esclava descubren que las circunstancia y el destino les echan una mano, concediéndoles esas extraordinarias perlas de Arabia…

¡¡Espero que os guste!!

21 septiembre 2012

Capítulo Siete de "Un Beso de Sirena" (A Mermaid's Kiss) - Joey W. Hill

¡¡Hola chicas y chicos!!

Aquí os dejo un nuevo capítulo de "Un Beso de Sirena".

Siento haber tardado pero este capítulo era un poco más largo.

Como siempre, siento los posibles errores de traducción.

¡¡Espero que os guste!!








Siete

El destello verde del poder adicional que le había dado al golpe estalló con una serie de chispas.

Jonah se desplomó encima de ella, frío y sin sentido.

– ¡Mina! – chilló Anna, lanzándose hacia adelante. - ¿Qué estás…

– Intentado sacar a ambos de aquí. – Dando una patada a las rocas para apartarlas de su camino, Mina sacó un frasco del escondite en su capa. – O se quedará aquí y les dejará matarlo. Tenías razón, tú y tu condenada intuición. – Mina descorchó la poción. – Levántale la cabeza. No quiero que se ahogue.
Cuando Anna vaciló, el tono de voz de la bruja del mar se volvió afilado, impaciente. – Anna, no tenemos mucho tiempo. Te dije que Los Oscuros todavía lo están buscando. Pues bien, están buscándolo. Me refiero a ahora. Si no estuviera tan encaprichado contigo, probablemente los habría sentido poco después que yo, en el momento en que llegamos aquí.
– ¿Por qué no habías dicho…
– Porqué estaba evaluando la situación.

Anna miró fijamente a la bruja. – No los habremos guiado hasta aquí, ¿verdad?

– Quieres decir, ¿si los he guiado hasta aquí? – Ese ojo carmesí brilló, – Bueno, si consiguen capturarlo, puedes suponer que lo hice. Si lo ayudo a escapar, entonces tendrás una respuesta diferente. Pero si no mueves la aleta de tu culo y le levantas la cabeza, nunca sabrás la verdad, porque ellos nos atraparán a todos.

Murmurando, Anna se inclinó y deslizó su mano debajo del cuello de Jonah, – Estará tan enfadado…

– Y vivo. – Mina echó la sustancia por su garganta, masajeándola hasta que empezó a tragar involuntariamente. – Pero tienes razón. Me alegro de no estar cerca cuando despierte. – Dijo ignorando la mirada estrechando los ojos que le lanzo Anna. – Vamos. Tenemos que empezar a llevarlo lo bastante cerca de la superficie para que la presión no lo mate cuando cambie físicamente a humano.
– ¿Qué? ¿Qué estás…?

– La poción que acabo de darle lo hará humano. Ni los de su especie ni Los Oscuros serán capaces de percibirlo. – Gruñó Mina, agarrando a Jonah por debajo de los brazos, pisándole un ala sin darse cuenta, y empezó a arrastrarlo hacia el agua.

Anna se vio obligada a ayudar, ignorando las preguntas que daban vueltas por su mente.

– ¿Y qué eran esas tonterías sobre hacer la Unión Mágica todos los días?

– En realidad, no estás en contra de eso. – Mina la miró arqueando ambas cejas mientras subían y bajaban juntas. – Le ayudará. Probablemente, cogerá una rabieta por esto, así que tendrás que convencerlo. Baila para él, canta para él, tócale para levantar su deseo.

– Yo no… – Anna nunca antes se había ruborizado tanto delante de Mina, y eso sólo hacía aumentar su irritación. – No sé cómo actuar de esa manera.

– Cuando es por él, sí. Está en tu mirada. Cada vez que te Unas con él, la magia aparecerá y puedes canalizarla. Sabes lo bastante para hacerlo bien aunque él no quiera. Aunque sería mejor si él participara, yo no contaría con su cooperación o su participación. Si lo aprecias, tendrás que seducirlo o engañarlo para conseguirlo.
Habían llegado a la orilla del agua. – Tenías razón, – dijo Mina jadeando. – Es una gran tonelada de músculo. Ahora, préstame atención. Por el día, será humano. Por la noche, volverá a ser un ángel. La poción durará más o menos una semana, lo suficiente para llevarlo tierra adentro.
Soltando a Jonah sin ninguna consideración, la bruja agarró el brazo de Anna para colocarle una mano en la frente. Mina nunca la tocaba, así que Anna se quedó demasiado asustada como para reaccionar en ese instante. El calor se enfocó a través de la palma de Mina, y de repente Anna estaba mezclando una serie de imágenes que entraban en la parte delantera de su mente como un montón de mármoles esparcidos desordenadamente por ahí.

– Mina…

– Se instalará en un momento. Es un mapa mental. Es necesario que él vaya a Desert Crossroads en Nevada. Es un lugar, no una ciudad, y no aparece en ningún mapa humano. Hay un hombre allí, viviendo en una zona mágica llamada Red Rock Schism. Él puede ayudarte a curar la profunda herida de tu ángel, si tu ángel no lo hace por sí mismo.

– Mina. – Se plantó, agarrando a Jonah cuando Mina empezó a meterlo rodando al agua. – Para. Mírame.

La bruja frunció el ceño. – No tenemos tiempo…
–Dime, en el nombre de Neptuno, qué pasa, ¡maldita sea! – le ordenó Anna casi gritando. – O… te estrangularé.
Mina se echó hacia atrás, con el miedo brillando en sus ojos. En otro momento, eso habría hecho reír a Anna, pero hoy no. Lo había dicho en serio, con toda la actitud lúgubre de una amenaza de muerte.

– Muy bien. Sólo recuerda, cuando Los Oscuros nos capturen, que fue porque quisiste perder el tiempo charlando. Cuando el primer Oscuro invadió as aguas, consulté mi espejo mágico para averiguar qué estaba pasando. Habían aislado a tu ángel durante una batalla, y su ala estaba siendo cortada con un propósito. No simplemente porque fuera un ángel. Sino porque es Jonah.
– Eso ya lo sé. Me dijo su nombre.
Mina rodó los ojos. – Cállate y escucha. Jonah es el nombre del Comandante de la Primera Legión. Él dirige a los ángeles en su lucha contra Los Oscuros. Los únicos ángeles más importantes que él son los ángeles Originales, y no tengo tiempo de explicarte quienes son esos.
– Él me dijo…
– ¡Calla, por el amor de Neptuno! ¿Conoces ese lugar? ¿Esa Nevada?
– Es un estado. Tierra adentro. – Que Anna supiera, Mina nunca había salido del mar, a pesar de su capacidad de cambiar de forma. Esa era una de las muchas cosas que la bruja nunca le había querido explicar.
– Ese hombre… se parece un poco a mí, – continuó Mina. – Algo a lo que llaman un chamán. Como un mago. Si el ángel no puede encontrar una forma de volver por sí mismo, creo que él puede ayudar.
Ante la mirada de Anna, Mina se encogió de hombros.  – Lo se. Tampoco tiene ningún sentido para mi, ¿por qué pedir ayuda a un mago humano de tierra en vez de a los de su propia especie? Pero como dije, quizás lo que necesita no se encuentre entre los ángeles. Ahora, vamos.
– Sé que hay más de lo que me estás diciendo. No soy…
– Es lo que necesitas saber por ahora. Lo digo en serio, Anna. Se nos ha acabado el tiempo. – Apoyándose sobre el cuerpo de Jonah, Mina agarró el brazo de Anna, asustándola con el apretón de su mano, el mordisco de sus uñas como garras afiladas. – Este ángel, probablemente tiene el poder de reducir el mundo a cenizas con apenas un pensamiento. Recuerda lo que dije. Si Los Oscuros lo atrapan con vida, le quitarán el corazón, para poder esclavizarlo. ¿Quieres eso?
– No. Pero no estás preocupada por eso. Nunca te has preocupado por lo que pueda pasarle a los demás.
Anna sabía que Mina no estaba mintiendo sobre que se les había acabado el tiempo. La urgencia que se desprendía  de ella era palpable. Pero la respuesta que siempre había querido obtener de la bruja estaba detrás de esto… estaba segura de ello. – Excepto por mí, – la presionó. – Estás haciendo esto porque estoy vinculada con él de alguna manera en esta visión, ¿no?
Mina empezó a empujar al inconsciente ángel otra vez. – Puedo verlo en la forma en que lo miras. Vas a hacer esa cosa estúpida que haces, arriesgarlo todo por una de tus ridículas obligaciones. Estoy obligada a protegerte, ¿no? Compartimos maldición y todo. – Mina descorrió los labios enseñando los dientes en un gruñido salvaje poco amistoso.
– Estas obligada a no hacerme daño, – insistió Anna. – Eso es diferente.
– Si no te protejo cuando sé que estás en peligro, es la misma cosa. Ahora, deja de discutir y entra en el agua antes de que te convierta  en una esponja.
– Nevada es un estado desértico, – dijo Anna. – Lejos de la costa.
– Bueno, menos mal que puedes convertirte en ser humano, ¿no? Ahora vamos, deprisa, hay otras reglas. Debes viajar solo por el Fate. No puedes alquilar un coche, o como sea que se llame el método de viajar de los seres humanos. Alguien tiene que recogerte.
– ¿O si no qué?
Mina le lanzó una mirada que podría haber arponeado a un pez. – Por lo general, la magia no tiene la paciencia para explicarse, Anna. Pero ignórala bajo tu responsabilidad. Confía en mí.
Por fin Anna se unió a Jonah en el agua, sujetándolo mientras la bruja del mar se preparaba para volver a cambiar a los tentáculos y las branquias. – Supongo que, en el fondo, tiene un sentido práctico, – consideró sin convicción. – Si quiero mantenerlo a salvo hasta que se recupere, es necesario que vaya donde ellos nunca lo buscarían. ¿Por qué esperarían que estuviera en tierra, de camino a Nevada? Suena ridículo para mí, así que imagínate para ellos.
Mina asintió. – Ni los ángeles ni Los Oscuros sabrán dónde buscarlo. Pero todos sabemos que entró en el mar. Nada está más lejos del mar que el desierto. Aun así, viaja sólo de día, cuando él sea humano. Incluso eso será un riesgo, porque su firma de poder es fuerte. Los Oscuros seguirán esa firma. No serán capaces de fijarse en él durante el día, pero si están en los alrededores cuando caiga la noche, podrían ser capaces de encontrarlo. Así que permaneced escondidos durante la noche. No viajéis.
– Ahora, atiéndeme en esto también. Dos días. – Dijo mirando severamente a Anna. –  Debes volver hacia el océano después de dos días. No me importa si has llegado hasta allí o no. ¿Me lo prometes?
– ¿Te preocupas por mi después de todo? – le preguntó bruscamente Anna. Extendiendo el brazo,  cogió la capa de la bruja, teniendo cuidado de no tocar su piel, ya que sabía que Mina lo odiaba. – Dime la verdad, por si no volvemos a vernos. ¿Sólo nos une la maldición?
– Anna, para. No tenemos tiempo para eso.
– Si, – dijo Anna con firmeza, mirándola. – Lo tenemos. Llevo veinte años esperando esta respuesta. Sabes que podríamos no volver a vernos nunca más. Dime, sólo por esta vez. ¿Qué hay en realidad entre nosotras?
Mina se echó hacia atrás, y por un momento Anna le vio ambos ojos. Uno rojo, emanando el peligro malévolo de la parte Oscura de Mina. El otro de un azul zafiro, igualmente inquietante por su intensidad, le recordaba a Anna que la madre de Mina había sido una de las más temibles Brujas del Mar en el océano.
– Mientras sigas empañada en ayudarlo, eres un blanco. No me importa si un ángel vive o muere. Pero solo hay una como tú.
Anna la miró. – Esas fueron casi las primeras palabras que él me dijo. Hay muchos ángeles. Sólo hay una como tú.
– Quizás no es tan idiota, después de todo. Mantente a salvo, Anna. Eres importante.
¿Importante para Mina? ¿O para la visión?
Sin embargo, antes de que pudiera hacer otra pregunta, Mina la empujó dentro del agua y le hizo cargar con Jonah toda la entrada, encima de ella. Anna se retorció bajo el peso de su cuerpo, chapoteando y maldiciendo, antes de conseguir volver a cambiar a sirena y poder usar el equilibrio que le otorgaba su cola como apoyo para sujetar en parte al ángel inconsciente. Para entonces Mina ya estaba en el agua con ella.
La bruja del mar miró como Anna colocaba sus brazos alrededor del ángel hasta sostenerlo firmemente, como si creyera que su mundo se fuera a acabar si lo soltaba. Se dijo a si misma que no importaba que no le hubiera contado todo a Anna. La sirena tenía un irritantemente exagerado sentido de la responsabilidad en su naturaleza. Y Anna tenía razón… su tiempo se estaba agotando. Mina debería estar agradecida de que la sirena ya no sería su responsabilidad.
En cambio, uno de los fragmentos de la visión volvió a ella, perturbando a la bruja del mar más de lo que estaba dispuesta a admitir.
Ella es la única que puede salvarlo.”
***


Como Mina predijo, habían perdido demasiado tiempo hablando. Todavía no habían llegado a la superficie cuando empezó la transformación física.
Anna se vio obligada a parar, con el brazo enganchado alrededor del torso de Jonah cuando se retorció, sufriendo convulsiones causadas por los efectos de la poción. Mientras Mina sujetaba sus piernas, las alas comenzaron a disolverse lentamente en montones de plumas que eran arrastradas por la corriente.
Como una repentina explosión, una inconsolable desolación detonó a través de Anna. Este plan no funcionaría. Iba a fallar. Iba a fallar a Jonah, y él moriría.
Su mirada se movió rápidamente hacia Mina, asustada. Los ojos de su amiga se habían vuelto salvajes, la boca tensa. Hizo un gesto hacia arriba. – Ignóralo. Sigue adelante. Los alejaré. Dos días en tierra, Anna. No lo olvides.
– Pero, ¿Y si no quiere continuar sin mi?
– Ese es su Fate. No puedes decidir por él, ¿verdad? Ahora, prométemelo… – La desesperación se acercaba, golpeando en la espalda de Anna como si fuera el golpe de una fuerte estela. Sólo el feroz agarre que tenía sobre el cuerpo de Jonah lo mantuvo con ella.
Mina le dio una mirada abrasadora, se hizo con un puñado de plumas brillantes, y se echó hacia atrás. Se volvió a hundir atravesando el agua como una flecha, alejándose de Anna. Hacia el origen de esos sentimientos oscuros y sin esperanzas.
– ¡Mina, no! – Anna soltó su carga y comenzó a hundirse.
No. No lo conseguirían, no de esta manera. No los dejaría obligarla a rendirse. Apretando los dientes cogió a Jonah por debajo de los brazos y empezó  mover la aleta de arriba abajo impulsándose hacia arriba lo más rápido y fuerte que pudo. Sin las alas era, de hecho, más fácil.
Diez movimientos más tarde, se le subió el corazón a la garganta cuando se dio cuenta de que ahora era humano. Frenética, se paró, se colocó sobre él y cerró sus labios sobre los de él, respirando. Dándole el aire de sus pulmones. Luego se volvió a impulsar hacia arriba. Quince aleteos, respiraba por él, cayendo cinco.
Y cada vez, a pesar de las circunstancias, no podía evitar sentir deseo al tocar sus labios. Tenía que concentrarse para asegurarse de que le introducía aire en vez de mordisquearle los labios, probándolo. Cuando llegó a la superficie, estaba jadeando y con la visión borrosa. Su forma de sirena le permitía intercambiar entre branquias o pulmones a la hora de respirar, pero tenía que usar los pulmones si quería ayudarlo a respirar.
Ahora tomaba oxígeno con ansias, flotando un momento y sujetándolo a su lado antes de hacerlo rodar de espaldas y empezar a navegar hacia la lejana orilla. Estaban a un par de kilómetros, pero ella conocía esa costa, había nadado hacia ella con anterioridad. Acunando su mandíbula, lo sostenía de la garganta mientras se movía, manteniendo su boca y nariz fuera del agua. Su cabello le acariciaba el brazo, y deseó que no se despertara antes de que alcanzaran la tierra. No quería que se diera cuenta de que su forma había cambiado y se sintiera traicionado mientras todavía estaban en el agua. Tal vez estuviera lo bastante enfadado como para ahogarse. O ahogarla a ella.
La sensación de Los Oscuros se desvaneció, dándole a entender que Mina había tenido éxito confundiéndolos. Tragó sobre un dolor punzante en su garganta. Por favor, que esté bien. Incluso mientras rezaba por eso, sabía que su vínculo con la bruja del mar era patético. Su única relación duradera era con alguien que despreciaba tener que verla la mayoría de las veces.
Continuó nadando, extremadamente concentrada en llegar a su destino. Aunque Mina había dicho que mientras fuera un humano no sería percibido como un ángel, Anna no quería que nadie investigara por qué una sirena estaba rescatando a un naufrago inconsciente en un lugar tan lejano como éste cuando no habían barcos volcados en la zona. Nadó tan rápido como pudo, impulsándose, agarrándolo y rezando por Mina.
***
Jonah recobró la consciencia lentamente, sintiéndose como si estuviera nadando por la arena. Sintiéndose pesado, pero curiosamente también liviano. Desorientado. Con náuseas. ¿Náuseas?
Aunque estaba tumbado de espaldas, se las arregló para girarse de lado antes de empezar a vomitar, una primera experiencia completamente asombrosa y desagradable que le hizo sentir como si sus entrañas estuvieran siendo exprimidas por un puño grande y fuerte. Afortunadamente, estaba a la orilla de las olas. Se convulsionó, luchando contra ello con todas sus fuerzas, pero su cuerpo se negaba a obedecerlo.
Cuando acabó, se enjuagó la boca con agua del mar y se tumbó de espaldas, pasándose las manos por los ojos. El sol. Estaba en la superficie. Pero algo iba mal. Todo parecía silencioso, como si sus sentidos excelentemente afinados hubieran sido tapados con algodón. Mientras forcejeaba intentando volver a una posición sentada, se encontró con que todavía no tenía equilibrio. Extendió las alas para estabilizarse y…
No tenía alas. Sin alas. Buscó palpando su espalda, se retorció, giró y descubrió que no sólo le habían desaparecido las alas, sino que además llevaba puestas prendas humanas. Una camiseta negra de algodón y unos vaqueros, ambos demasiado ceñidos sobre la musculatura de sus hombros y piernas.
Entonces notó que estaba siendo observado.
Estaba sentada cerca, su espalda apoyada en una gran pieza de madera, sus manos cerradas con fuerza en un nervioso baile sobre sus rodillas. Vagamente cayó en la cuenta de que también iba vestida. Un ligero top de seda extendido sobre sus pechos, contorneando las encantadoras puntas de sus pezones. Con delgados tirantes sobre sus hombros. Una falda hecha de una tela similar le rozaba los tobillos al estar sentada con las rodillas dobladas en alto, el dobladillo ondeando sobre sus pies desnudos. Su cabello castaño dorado estaba atado detrás pero, como era tan largo, las puntas rizadas le caían hacia delante, acariciando sus muñecas, enredándose en ellas como esposas, manteniéndola en esa posición como si fuera una prisionera esperando su castigo.
– Toda va bien, – dijo ella tranquilamente, mientras él se levantaba sobre una rodilla y la miraba fijamente.
– Es un poco desconcertante al principio. Cuando cambio de piernas a una cola y vuelvo otra vez. Pero te adaptarás con el tiempo. Y no tendrás que usarlo durante mucho…
En dos pasos se colocó encima de ella, agarrándola de los hombros, aunque tropezó y cayó otra vez sobre una rodilla, mareado. Ella lo cogió, y ambos acabaron cayendo juntos, ella quedó encima cuando él golpeó la arena. Maldiciendo, rodó hacia un lado, colocándola bajo él, sujetándola con manos duras.
– ¿Qué demonios le has dejado hacerme?
– Ella intentaba salvarte la vida. Los Oscuros
– Ella es un Engendro Oscuro. ¡Maldita sea!, nunca debí confiar en ella. O en ti, una niña lo bastante estúpida para creer que un Oscuro puede ser su amiga. Yo…
– Puede que haya muerto por ti, mi lord. – Anna empujó fuerte contra él, pero, claro, él ni se movió. – Por mí. Porque yo la metí en esto. Ella hizo que Los Oscuros la siguieran alejándolos de nosotros.
– Puede que sea eso lo que ella quiere que pienses. – Ahora mismo, él no tenía paciencia para sus sentimientos. Con repugnancia, él la liberó y esta vez consiguió ponerse de pie, aunque tuvo que luchar contra el deseo de volver a tumbarse.
Como tenía la voz ronca, se aclaró la garganta dos veces antes de soltar.
– ¿Qué me hizo?
– Eres humano. – Ella se encogió ante su expresión. – Es solo temporalmente. Al anochecer, volverás a tener tu verdadera forma. Hasta... – Se mordió el labio inferior y desvió la mirada. Volverá al anochecer.
Él estrechó los ojos. Dios, sentía su cabeza como si se la estuvieran golpeando con un mazo.
– ¿Hasta qué?
Cuando no le contestó, se abalanzó sobre ella y la agarró de los brazos, arreglándoselas esta vez para no perder el equilibrio. Si la pequeña idiota tuviera un poco de sentido común, correría. Quería partirle el cuello a la bruja del mar, pero en este momento nadie podría hacerlo. En cambio, su pequeña sirena lo miraba como una verdadera prisionera, con los ojos llorosos y las manos todavía cerradas en puños.
Agarrándola de ambas muñecas, él se balanceó alarmantemente. Ella afianzó sus pies, flexionando los dedos como si quisiera ayudarle a estabilizarse. – Al Hades con eso. Contéstame Anna.
– Hasta el amanecer, mi lord. – Dijo ella por fin, mirando más allá de sus hombros. – Eres humano durante el día y ángel por la noche. Mina dijo que los efectos de la poción se pasarían en más o menos una semana, así nos dará tiempo a llegar tierra adentro y confundir a Los Oscuros sobre tu paradero. Para cuando haya desaparecido, estaremos donde ellos no esperan que estés.
– ¿Así que vamos a ser nómadas, tu y yo? – Mientras la sacudía, intentó no preocuparse cuando ella volvió a encogerse, esta vez por el brutal apretón de sus manos. Sus antebrazos parecían delgadas ramas. Ella era tan frágil. Incluso es esta forma, podía dominarla fácilmente. Y aun así, ella se había atrevido a engañarlo con esa… abominación.
– ¿Habías tramado este plan con ella?
– No, mi lord. – Su mandíbula adquirió una posición desafiante. – No conocía el plan de Mina, pero sí, la ayudé cuando me dijo que Los Oscuros estarían allí en cualquier momento.
Jonah bufó. – ¿Debo creer que a ninguna de las dos se os ocurrió avisarme del plan antes de que ella lo ejecutara?
Anna negó con la cabeza. – Ella no creía que aceptarías. Ellos se estaban acercando. – Repitió ella. Estaba siendo obtuso o era ella… ¿no lo entendía? Sus palabras salían de forma entrecortada, midiéndolas.
Jonah relajó su agarre. – Habría sido más prudente por parte de las dos el haberme dejado. Así podría negociar con ellos y tú habrías estado a salvo. Has sido una completa necia.
– Te habrían asesinado. – Su mirada se disparó hacia su rostro y él vio un sorprendente destello e fuego en ella. – No lo permitiré. No mientras viva. No mientras se supone que estoy cuidando de ti.
– Anna…
– ¡No lo permitiré!
Su grito resonó por toda la playa, dejándolo en silencio. Ella se mantuvo allí, estremeciéndose por la furia, sus manos cerradas en puños se apretaban y relajaban, a pesar del hecho de que él se erguía amenazadoramente sobre ella como una montaña.
– ¿No lo permitirás, pequeña? ¿A quién piensas que le estás hablando?
Por el Hades, ella dio otro paso hacia adelante, inclinando la cabeza hasta casi colocarse nariz contra nariz con él. – Querías morir. Quieres que ellos te maten. ¿Crees que no lo veo? ¿Qué Mina y yo no nos daríamos cuenta? Bueno, pues lo siento, mi lord, pero has tenido la desgracia de caer en las garras de las dos personas en todo el océano que saben lo que es sentirse de esa manera.
Su rabia luchaba con su asombro. Ella se estaba colocando por completo en el punto de mira de su ira, y no reculaba ni un poco. Tenía capitanes lo bastante listos como para mantenerse alejados de su alcance cuando estaba de un humor ni la mitad de feroz que este. Nadie de su propia Legión se había atrevido a nada más que a disentir respetuosamente con él desde que podía recordar.
Por el cambio en sus ojos, pudo entender que ella sabía que se encontraba sobre arenas movedizas. Y aun así, la pequeña idiota no hacía nada.


 ***
Anna no podía aguantarlo más. Había permanecido allí sentada, viéndolo vomitar y luchar contra su horror y desorientación cuando se dio cuenta de que sus alas habían desaparecido, una parte intrínseca de quién era. Sabía que ella era la culpable del estado en el que se encontraba. Incluso herido, como un ángel, había mantenido completamente el mando. Con esa perfección. Era un ángel, el Comandante de la Primera Legión, y ella lo había reducido a esto.
Desde el principio sabía que no estaba, de ninguna manera, preparada para tratar con esta situación. Pero eso no parecía evitar que hiciera lo que no debería. Ahora se encontraba con todo el peso sobre sus hombros, con solo una brújula para guiarse. La oscura visión de Mina de lo que podría pasar si él caía en las manos de Los Oscuros. Tenía que hacer lo que pudiera para protegerlo. Y como tenía que confiar en su ridículamente pequeño poder para realizar una tarea de tales proporciones, solo podía seguir las instrucciones de Mina. Confiando en el único ser que Jonah pensaba que era tonta por confiar.
– No sabes nada. – Su mandíbula se mantenía inflexible. – Tú apenas has vivido durante un parpadeo si lo comparamos con mi vida. No entiendes nada.
Podía destruirla. Al anochecer, volvería a ser un ángel que podía extinguir una vida sin pensarlo. Hades, sería capaz de partirle el cuello hasta como un humano. Y estaba, como a los humanos les gustaba decir, encantado de mandarla a la mierda. Pero a pesar de sus dudas, ella sabía que tenía razón sobre esta única cosa, y se decía a sí misma que no volvería a apartarse, no importaba lo mucho que su estómago temblara por los nervios.
– Déjame morir. Esa fue una de las primeras cosas que dijiste. – Anna tomó aliento, y se acordó de como él se había introducido en ella, aplastándola sólo con su boca. Formaba parte de él en su propia mente, se preocupara él mismo de alimentar esa ilusión o no. – No se el hecho o razón por la que cargas con esa oscuridad en tu interior, mi lord, pero sé que está ahí, y eso es probablemente más peligroso para ti que un Oscuro. No te dejaré desperdiciar tu vida. No si puedo hacer algo para evitarlo.
¿Qué podía hacer ella?
Tócalo, hazle desearte…
Nunca había sido… Bueno, obviamente no tenía experiencia a la hora de seducir a hombres. Pero necesitaba intentar algo diferente que discutir con un ser antiguo el cual consideraba sus míseros veinte años de sabiduría intrascendentes. Sabiendo que se arriesgaba a sufrir un rechazo humillante o peor, con un torpe impulso se puso de puntillas, consciente de que el movimiento empujaba la completa suavidad de sus senos contra su pecho, y sus nudillos, ya que sus manos se levantaron en reacción sujetándola otra vez de las muñecas.
Estaba a cierta distancia, pero se las arregló para alcanzar sus labios. Esta vez no fue un beso tímido. Apoyándose en él, abrió su boca y buscó dentro de la de él, probando su lengua, deseando que sus manos pudieran estar libres, así podría tirar de su cabeza hacia abajo, agarrando su pelo y profundizar el beso.
Sin embargo, no estaba sosteniéndola de pie. Ella se colocó entre sus brazos, el hueso de su cadera presionando la parte delantera de sus ajustados pantalones vaqueros, su muslo acariciando la parte interna de los de él.
Sus manos se deslizaron desde sus muñecas, apoderándose de sus brazos y apartándola de él, sujetándola con un agarre rígido. La estudió, serio, con la firme boca húmeda de sus besos. Al principio se le cayó el estómago a los pies y pensó que había fracasado miserablemente. Pero entonces vio algo en su mirada que hizo que la parte baja de su vientre se estremeciera. Aunque efectivamente estaba de un ánimo peligroso,  no fue inmune a ese beso. La inseguridad en sus movimientos era más excitante de lo que ella se esperaba, aunque no podía explicar el por qué.
– ¿Estás pensando en distraerme, pequeña?
– No. – Ella negó con la cabeza, aunque los caballitos de mar en su pecho estaban haciendo cabriolas con prudente alegría cuando él usó el cariñoso apodo. – Yo sólo… quería recordarte que puede haber una  buena razón para quedarse por aquí unos días más, hasta que caigas en un resplandor de gloria bajo cien Oscuros.
El comentario fue inesperado, ridículo. Ella estaba temblando, pero mantenía la barbilla alzada. Jonah descubrió que simplemente no podía seguir furioso ante esa combinación de inocente sensualidad y determinación. Cualquiera que fueran los motivos de la bruja del mar, no estaba tan enfadado como para no poder ver que Anna sinceramente había intentado ayudarle. ¡Por la fe!, ella era valiente. Hermosa. Tenía un coraje que impresionaría a su fuerte comandante de la legión. Pero era tan imprudente como para retarle. Él tendría que reprenderla por eso. Al final.
Esta pésima transición era temporal, si la bruja del mar le había dicho la verdad a Anna. Y si la creía, solo le había concedido una semana de total invisibilidad. Eso era algo que deseaba más de lo que quería admitir o explicarse. En realidad, la pasión de Anna lo atraía, en varios niveles diferentes, estaba tan viva como él se sentiría dentro de poco.
– ¿Dónde has conseguido estas ropas?
Anna parpadeó ante el cambio de tema, después miró sobre sus hombros, hacia una pequeña casita de campo abrigada en las dunas. Él notó que la única más cercana estaba aproximadamente a una milla playa abajo. – Esa casa me pertenece, mi lord. Es el lugar que Neptuno creó para las hijas de Ariel.
– Eso no es lo que quiero decir. – Se señaló a sí mismo. – ¿Por qué tienes ropas de hombre, pequeña?
La implicación y exigencia en su voz la asustó. No estaba siendo posesivo, ¿verdad? Cuando al principio él dijo, Me perteneces… por ahora, había amado las palabras de una forma muy difícil de explicar, de tal forma que no se atrevería a repetirlas, por miedo a que la independiente Mina se burlara de ella. Además de eso, sabía que esas palabras sencillamente formaban parte de la elaborada fantasía de ser parte de él. Las palabras no tenían un significado duradero. Como todo lo que habían compartido en la cueva.
A pesar de ese triste pensamiento, la mirada de sus ojos sugería que había querido decir sus palabras de propiedad bastante literalmente. Aunque ahora tuviera ojos humanos, una esfera blanca rodeando el iris marrón oscuro, no le hacía ser menos irresistible en su tranquilidad cuando la miraba como lo hacía ahora. Se humedeció los labios. – La leyenda original. Ariel rescató al príncipe del mar. Es una de muestras raras tradiciones familiares, mi lord. Siempre guardamos un cambio de ropa masculina en la casa, para cuando el hombre de nuestros sueños se lave al llegar a tierra. Es algo estúpido, pero ninguna de nosotras la hemos roto jamás.
Por supuesto, cada hombre que había engendrado a la siguiente generación de Arianne había sido rescatado de alguna manera del mar.  Mientras pensaba en ello, palideció y apenas pudo contenerse de poner la palma de su mano sobre su plano estómago. Él había dicho que no… desde luego que no. Él no era humano. Era un ángel. La tragedia de Anna todavía tenía que ocurrir. Y sin embargo, no podía imaginarse queriendo a otro hombre después de estar con Jonah.
Él asintió, pareciendo satisfecho. – ¿Y la pequeña bestia a la que llamas amiga? ¿Va a venir aquí?
Esa forma brusca de hablar la devolvió al presente. A pesar de sus intentos por permanecer en calma, las lágrimas se le atragantaron en la garganta. – No lo se, mi lord. Esperaba que ella viniera por lo menos hasta la orilla, así sabría que estaba bien, pero al final no llegó a la superficie. Y yo no… no podía dejarte. – Brevemente le contó cómo se habían separado Mina y ella.
– He estado aquí sentada durante dos horas,  mirándote, preguntándome si estaba viva o muerta, si ellos le habrán hecho daño, y no hay manera de ayudarla. ¿No ves cuanto valor necesitó para llegar hasta ti? Ella me dijo que diriges la Legión contra los Oscuros, y ella es un Engendro Oscuro. Nadie la ayudará, porqué yo soy la única… – Ella negó con la cabeza, apartándose cuando él aflojó su agarre. – Ella es la única persona a la que considero como una amiga.
– ¿Estás tan segura de su lealtad?
– Sí. En primer lugar, no tiene ningún sentido que ella te traicione de esta manera, mi lord. Podría haber elegido no advertirnos abajo en las cuevas. Incluso aquí, has estado inconsciente durante dos horas. Tiempo suficiente para que ellos nos alcanzaran si ese hubiera sido su propósito.
– A ella no le importa mi bienestar, Anna. El misterio es lo que siente por ti. – Cuando ella volvió a mirar hacia él, sorprendida por su intuición, él inclinó la cabeza. – Era la única cosa que sentí de ella que le salvó la vida cuando entró en la cueva. ¿Por qué siente una obligación tan firme por protegerte?
– No le das demasiado crédito, mi lord. Mina lucha contra la oscuridad de su interior. Ella ha tenido que luchar tan duro… es difícil de explicar, pero es el tipo de persona que nunca se renunciaría a lo que tanto le a costado conseguir.
– ¿Ella niega rendirse al mal porque eso es lo que ha decidido hacer?
Anna se permitió una leve sonrisa. – Ella tiene una naturaleza terca formidable, mi lord.
– No discutiré eso. Pero hay más que eso. ¿Por qué te protege? Y ¿Por qué me haces preguntar todo dos veces para conseguir una respuesta franca? Es irritante.
Jonah arqueó una ceja cuando Anna le lanzó una mirada, pero ella cedió. – Es una antigua historia entre nuestras dos familias. Aunque fuera totalmente malvada, que no lo es, no puede traicionarme. – Ella miró hacia la casita de campo. – Deberíamos entrar antes de que caiga la noche.
Su mirada penetrante le dijo que sabía que estaba siendo evasiva. Le daba ganas de huir nadando lejos pero, claro, ahora tenía piernas humanas. Durante mucho tiempo, ella había deseado tener a alguien con quien hablar, pero nunca imaginó que tendría que hablar de este tipo de cosas.
– O quizás deberíamos seguir adelante y empezar nuestro viaje, – dijo ella de manera causal. – Alejarnos más de la costa.
– ¿Viaje? Un viaje significa tener un destino. ¿Dónde se supone que tienes que llevarme?
Cuando Anna se iba a apartar, ese largo brazo se le adelantó. Le rodeó la muñeca, atrayéndola otra vez hacia él. Esta vez, su agarre tenía una estrategia diferente, aunque sin ser menos capaz de mantenerla quieta. Movía su pulgar sobre su pulso haciendo que su mirada se arrastrara hacia arriba para regocijarse en su boca. Sus ojos todavía estaban tan oscuros que la pupila y el iris eran casi indistinguibles. Ella debería haberse sentido amenazada por su intensidad, pero lo que reaccionaba dentro de ella no podía llamarse miedo. No exactamente.
– Si no me lo dices, pequeña, voy a demostrarte cómo de desagradable puede ser el desafiar a un ángel. – Cuando la voz de él bajó hasta un sedoso murmullo, sus ojos se ampliaron mientras él la acercaba a su pecho con brazo implacable y le inclinaba la barbilla con la otra mano. - ¿Dónde vamos?
Ella se sobresaltó cuando su mano descendió, cubriendo una nalga. Sus ojos brillaron, y ella tuvo el asombroso e improbable pensamiento de que era divertido. – Estas tentándome a calentar esta parte de ti, sirenita. Habla.
Mina le había dicho que lo tocara de forma lasciva, pero cuando la completa fuerza de su dominante sexualidad la desbordó, todo lo que pudo hacer fue mantener la cabeza fuera del agua. Especialmente cuando ahogarse en él resultaba muchísimo más atractivo.
¿Pero estaba haciéndolo a propósito? ¿Manipulándola con la seducción? Utilizándola, ¿cómo lo había hecho para la Unión Mágica? Quizás. Aunque, no la estaba engañando. No ocultaba sus intenciones, su deseo de información. Esa era una forma seria de atormentarla, de una manera demasiado malditamente hipnotizante para su paz mental.
¿Quién era ella para discutir sus métodos? Por supuesto, eso era preferible a estar gritando. Lo que ella esperaba era que volviera a pasar. En pocas palabras, le contó todo sobre el chamán, animándose a sí misma ante las nubes de tormenta que se reunían en su expresión.
– ¿Un humano? ¿Un humano puede extraer el veneno?
– En realidad, mi lord… – Se obligó a mirarlo, aunque el frecuente calor en sus mejillas las estaba volviendo de un permanente escarlata, estaba segura. – El primer tónico que te dio extraerá el veneno si es reforzado diariamente por… algún tipo de aumento de energía. El chamán… Su propósito es curar tu espíritu.
– Mi espíritu no necesita ninguna cura. Aunque lo hiciera, ningún humano estaría involucrado. – Él la miró con cara de desprecio. Y además, había vuelto a desconfiar.
No, decidió ella. Él no usaría la seducción como arma. Tenía demasiado temperamento para depender de su encanto. – Eres sumamente clasista, ¿no, mi lord? – Ella tenía problemas para mantener la paciencia. – Sin embargo no pareces interesado, no te urge el volver con los de tu especie. Estoy segura de que allí están los que se preocupan por ti, y tampoco tienes interés en hacerles saber que estás vivo. No quieres que Los Oscuros me hagan daño, pero no tienes interés por tu propia vida. Hasta con mis escasas habilidades, puedo sentir la oscuridad en tu interior, una aflicción. Él puede ayudar a curarlo. Mina lo dijo.
– ¿Y si me niego a ir? ¿Y si no tengo interés en este plan que tu bruja ha tramado? – Sus ojos se estrecharon. – Puede que ella no sirva a Los Oscuros, pero eso no quiere decir que no tenga sus propios propósitos oscuros. Una prescripción de Unión Mágica diaria, - la imitó él. – Eso ciertamente motiva a una joven atractiva y sexualmente inexperta a quedarse conmigo durante la búsqueda que ha planeado la bruja, ¿no? Has probado un poco y quieres más. Ella lo sabe. Y sabe cómo nos distraería eso.
La conmoción inundó a Anna. Soltando su mano de un tirón antes de que el pudiera detenerla, ella retrocedió. – Eso era exactamente lo que quería decir, - dijo ella con una voz estrangulada. El dolor acumulado en su garganta, un doloroso nudo. – Se supone que los ángeles no son malvados. No me importa quién o qué eres. No soy alguna clase de… yo… era, para mí, lo que hicimos… haces que suene sucio. No quiero… – Ella negó con la cabeza, presionando las manos dentro de sus puños. – Aquí tienes un plan alternativo, mi lord. Sentarse aquí a pensar hasta que Los Oscuros lleguen y te devoren.
Girando sobre sus talones, se preparó para marcharse corriendo subiendo hasta la casita de campo… y llorar allí.
– Anna.
Cuando la agarró del brazo, se volvió contra él. Puede que lo hubiera planeado, puede que no, pero de alguna manera su mano alcanzó la mejilla de él con una sonora bofetada que le dejó la marca de su mano. La conmoción que cruzó por el rostro de él era igualada solo por el horror en el rostro de ella.
¡Sagrada Diosa! ¡Acababa de abofetear a un ángel! ¡Un ángel!
Pero se lo había merecido. Había dicho…
– Anna. Para. – Ella intentaba soltarse, y él encerró su espalda entre sus brazos, sofocando su resistencia sin esforzarse demasiado. ¿Por qué Mina no podía haberlo transformado en un adolescente torpe, larguirucho y flaco?
– No diré que lo siento.
– No, no lo harás. Lo haré yo. Lo siento. Te pido disculpas.
Ella se detuvo, asustada, mientras la mano de él ahuecaba su cara, alzando su barbilla para que ella tuviera que mirar hacia esos ojos oscuros. Abrumándola. – Eres sexualmente inexperta, Anna.
– Oh, tú…
– No. – Esta vez él tiró de ella firmemente hacia él. Cuando suspiró, la expansión de su amplio pecho casi la empujó un paso hacia atrás. – Estate quieta durante dos segundos, o te zurraré. Escúchame. Estas diciéndome que vamos a buscar el consejo de un simple humano que piensa que sabe lo que es el mundo, lo bastante como para trabajar en la magia. Estoy furioso, desconcertado e incrédulo. Y sí, con la mente más que un poco confusa. Porque aquí está el problema.
Cogiéndola de la mano, la fue bajando entre ellos, hasta que Anna sintió su rígido estado. Su mirada voló devuelta hacia su rostro, separando los labios.
Con alivio, Jonah vio como algo del dolor desaparecía de su expresión, remplazándose por cautelosa curiosidad acerca de a dónde quería llegar con esto. Su corazón empezaba a acelerarse, y él supo que el latido entre sus piernas se sincronizaría, latiendo con urgencia por lo que él podía darle. Él quería sentir ese ritmo de vida contra su verga, pero primero él le debía esto.
Deslizó su mano hacia arriba, su pulgar encontró su pezón y la hizo gemir suavemente. Cerrando los ojos, se obligó a concentrarse. Diosa, era como si no hubiera saciado su lujuria en eones. ¿Qué le pasaba con ella? Lógicamente, él sabía que podría ser por algo que le hubiera hecho la bruja. Pero su corazón pensaba de forma diferente, y él corazón de un ángel nunca se equivocaba.
– Estoy desconcertado, porque a pesar de todo eso, estoy cautivado por la forma en que el cabello cae por tus hombros, por como la ira hace brillar tus ojos como calientes relámpagos. El rubor de tus mejillas, la manera como se endurecen tus pezones contra esa ligera camiseta por mi simple toque. – Él colocó su mano alrededor de su garganta y mejilla, introduciendo su cabeza bajo la barbilla, y dejando que la sensualidad diera paso al consuelo.
Cuando Anna soltó un suspiro de resignación, enrollando los brazos alrededor de su tronco, él volvió a sentir ese curioso alivio. – Estoy enfadado, porque en medio de todo esto, te quiero. Así que arremeto contra tu deseo por mí, tan nuevo y limpio. Es precioso, Anna, un milagroso regalo para otorgárselo a algún hombre de tu elección. – Aunque Jonah estaba malditamente contento de que fuera él, ya que no podía soportar el pensamiento de que estuviera con ningún otro hombre. – Me he convertido en un bastardo con el corazón de hielo, al arremeter contra algo que es pura bondad.
Encontrando una de sus manos, él recorrió con su pulgar su blanca piel, donde los cardenales de las marcas de sus dedos estaban empezando a aparecer. – Tal vez ahora mi alma sea más de su sangre que de la mía, – dijo él tranquilamente. Cuando ella hizo un asustado ruido de protesta, él presionó sobre su cabeza con la mandíbula, manteniéndola donde estaba. – No importa, pequeña. Preferiría hundirme con ellos antes que ver como mi alma se desintegra pieza por pieza. Fe, la primera vez que he sentido algo así a sido mientras estaba en tus brazos.
Ella permaneció un momento en silencio, y después, asombrosamente agradecido, él sintió como su abrazo lo apretaba consolándolo. – Estoy lejos de ser perfecta, mi lord. Tengo un temperamento muy malo. A lo mejor te has dado cuenta de eso.
– Te aseguro que no me he dado cuenta. – Él volvió a sonreír un poco, inclinando otra vez su barbilla, mirándola tranquilamente. – Ahora, escúchame. Estoy acostumbrado a mandar sobre miles de ángeles. Solo respondo ante Michael y la Misma Dama. Estoy un poco fuera de mi elemento, y estas ropas me rozan. Dejando todo eso aparte, ¿crees, pequeña general, que podrías otorgarme una noche en tu encantadora casita de campo para pensar en todo esto y dejarme tomar la decisión de si debería realizar este viaje?
Cuando ella se mordió el labio, él negó con la cabeza. – Tengo derecho a elegir mi destino. – Como una ocurrencia, él añadió, – es muy ingeniosa, tu bruja. Estoy seguro de que estará bien.
Anna cerró los ojos. – Ahora no seas amable. Sabes que no te preocupas por ella.
– Tal vez. Pero el hecho es que a ti te importa.
Cuando ella volvió a bajar la cabeza sobre su pecho y asintió aceptando eso, todo, Jonah suspiró. Habían pasado décadas, quizás más tiempo, desde que alguien lo había desafiado sobre algo. Y sin embargo en apenas un abrir y cerrar de ojos, en menos de un día, ella había adquirido la costumbre de hacerlo. Provocando algo en él, despertándolo, encendiéndolo. Haciendo cosas que le hacían sentir vivo de una forma que había olvidado. El tipo de cosas que le hacían inclinar la cabeza, y besar un lado de su vulnerable cuello. Mientras él sentía el pequeño temblor recorrer su cuerpo, bajó su mano por su espalda tocándola de forma posesiva, sintiendo la forma que poseía.
– Enséñame tu casita, – él le ordenó tranquilamente.


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