21 noviembre 2012

Adelanto de "Opal" - Jennifer L. Armentrout

¡¡Hola chicos y chicas!!

Aquí os dejo un adelanto del siguiente libro de la serie Lux.

¡¡Espero que os guste!!

****



Daemon se alejo, levantando las cejas. —Kitten…

—Esta bien. —Me deslicé hacia atrás y él me siguió, trepando sobre mí, sus brazos enormes y poderosos. Dios, Estaba en camino sobre mi cabeza con él algunas veces. —Puede que tengas razón, pero estás perdiendo el tiempo.

—Yo siempre tengo razón.

… Abrí mi boca para discutir, pero sus labios tomaron el control de los míos, y su beso llegó muy dentro de mí, músculo y hueso fundidos. Su lengua se deslizó sobre la mía, y en ese momento, él podría haber tenido la razón en todo lo que quisiera, siempre y cuando siguiera besándome así.


***
La cama era demasiado pequeña con él en el. Hace siete meses —diablos, hace cuatro meses— hubiera corrido riendo hacia las colinas si alguien dijera que Daemon estaría en mi cama. Pero mucho ha cambiado. Y hace siete meses, no creía en los extraterrestres.

***
—Necesitas algo -el dijo y cuando lo miré, el agregó- Tu cara.

—¿Mi cara? 

—Necesita de mis besos.

***
Hicimos nuestro camino alrededor de los coches. Deteniéndonos en la primera fila, me incliné y arrojé mi pelo sobre mi cabeza, sacudiéndolo.

—Esto me recuerda a un vídeo de Whitesnake, —dijo Daemon.

—¿Huh? —Pasé mis manos por mi cabello, esperando por un aspecto sexy y no un aspecto de "tenía mi cabeza fuera del coche."

—Si comienzas a subirte a los techos de los coches, creo que me casaría contigo.

***
Daemon asintió. —De acuerdo con el líder YA mafia, Luc, eso es lo que tenemos.

—Y este chico es digno de confianza —preguntó Matthew.

—Yo puedo hablar por él.

Miré a SPOILER suavemente.—Eso es un rotundo respaldo.

***
Cuando él besó así, enrollándose cada músculo de su cuerpo en un resorte apretado, me desarmó.

***
—Es mejor, porque no hay castigo por romper las reglas.

—¿Y qué clase de castigo podría ser?

Daemon rió entre dientes. —Probablemente el tipo de castigo que te gusta.

***
Sus cejas bajaron mientras negaba con la cabeza, confundido, y luego el echó sus brazos alrededor mio, apretando con tanta fuerza que chillé.

—Dios, yo ni siquiera sé ... —Ahuecó la parte de atrás de mi cabeza mientras él se apartó del grupo, bajando la voz. —Estaba asustado a muerte.

—Estoy bien. —Mi voz sonó ahogada.— ¿Qué hay de ti? Tenias que tener-

—Todo se me apaga. No te preocupes por eso. —Un estremecimiento le sacudió. —Maldita sea, Kitten...

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